Hubo una época, allá por la segunda mitad de los cincuenta y principio de los sesenta que estaba de moda el fenómeno OVNI e invasiones de ejércitos desconocidos, a modo de soldados con cabeza roja o comunistas sanguinarios personificados en extraterrestres.
Se desvaneció esa moda una vez finalizado la crísis de los misiles y la autocomplacencia norteamericana conseguida gracias a sus imponentes proyectos que superaban en tecnología y medios financieros a los soviéticos.

Una vez mediado los setenta, otra vez regresó el fenómeno OVNI, y las tonterías vertidas como el triángulo de las Bermudas, hombres de negro, desapariciones marcianas con experimentos a humanos después de contactos en "Tercera fase", y entonces como nó, todo este fenómeno sociológico se plasmó en el cine con numerosas producciones, muchas de ellas, paupérrimas.
Evidentemente entre tanta pobredumbre, emergió "Encuentros en la tercera fase", como crónica de todo lo acontecido a un humilde currante del medio oeste americano con los "Musicales hombrecillos verdes". En su día impactó porque la naturaleza del tema que trataba fascinaba a la sociedad de aquel entonces. Pero vista hoy, parte, y creo que importante, de esa fascinación se ha perdido, porque los OVNIS, hoy ya no son rojos, ni misteriosos. Hoy parecen más tostaditos y místicos islámicos que tiran la piedra y esconden la mano.