Pues para venir herida ha tenido el mejor estreno de la saga en España...Vista esta tarde...
Entrar al hilo y ver dos míseras páginas ya da que pensar sobre lo herida que venía esta película desde la segunda entrega. Me encuentro entre los desencantados en su día por la secuela y esta última no me transmitía buenas sensaciones, que al final he acabado por confirmar.
Pero vayamos con lo bueno que tiene. Por descontado que el apartado técnico se sabe nada más entrar que va a dejarnos sin aliento. Y aun sabiéndolo, tenemos algunas de las secuencias más bonitas de toda la trilogía. También tenemos un buen puñado de guiños a la primera entrega, fácilmente reconocibles y con los que es complicado no dejar caer una sonrisa. Y luego está el final, en el que los últimos 15 min. te tocan la patata descaradamente y te llevan al borde de las lágrimas (lo que me enamoré de estos personajes con la primera entrega no es ni medio normal). Una despedida en toda regla y donde se concentra toda la chicha interesante de la película, resumida en lo que es un viaje conocido por la vida, en el que saber decir adiós a tiempo a ciertas etapas de tu vida para abrir otras en el futuro. Ni mejores, ni peores. Solo diferentes.
La pena es que esto último dura poco y a modo de traca final, porque en lo que la precede (salvando los guiños antes comentados), es más parecida a la segunda entrega (perdida, con poco interesante que contar, con personajes lastre arrastrados de la segunda entrega como el de la madre -desubicada- o el tal Eret, un villano sacado del manual básico de malvados, la banda sonora super reciclada, etc.).
Sobre el doblaje de Melendi es una verguenza. Que no es la voz, es la manera de hablar tan particular que le han puesto (no sé si bajo indicaciones o ha ido un poco por su cuenta) que chirría desde el primer momento. El de Bocón siempre tuvo un acento gallego exagerado, pero resultaba gracioso. Este no sabría ni como calificarlo. En fin...
Para acabar. Que hay que verla para despedirse de esta gente. Que aunque el conjunto sea flojo, solo por el final merece la pena. Y que aunque sepa a poco, me ha alegrado poder decirles adiós con una sonrisa y cierta -por no decir bastante- emoción al hacerme recordar y revivir las emociones que tuve allá por una sala de cine -hoy extinta- hace ya la friolera de nueve años, que se dice pronto.
¡HASTA SIEMPRE!
Y la segunda película es cojonuda y aún más madura que la primera.