Tema: Esas situaciones absurdas.....

calla, calla, que cuando me acuerdo del pobre arturito, ...
pero si ya la he contado cienes de veces, hombre.

Bueno, pues eso ocurrió hace años en una consultora de servicios informáticos donde trabajaba.
Era una de esas reuniones en las que no se sabe muy bien quien es cada uno, pero sabes seguro que habrá ondonadas de ostias para alguien.
Había un arturito (o sea, un tipo metido en un traje de Arthur Andersen) que no decia nada y que estaba pálido como la cera. El tipo tenía muy mala cara y no paraba de moverse en su silla.
En eso que de golpe se oye un "prRRRTZZZZZzz!", y se hace el silencio mientras todas las miradas convergen hacia el arturito. El tipo se mete la mano por detrás, ...y la saca llena de mierda.
Entonces se levanta y huye corriendo dejando tras de si un rastro de hedor fétido y la silla llena de mierda.

No apareció nunca más por la empresa y nadie supo nada más de él.

Iniciado por loJaume

calla, calla, que cuando me acuerdo del pobre arturito, ...

Pagaría por verlo. Lo peor de todo es verle la mano al tío ese o que llegara el jefe y le tendiese la mano para saludarlo...

Cuando compré la moto nueva todavía no tenía carné y me la trajo una migo a casa. La dejó aparcada en el garaje.
Al rato me apetecía arrancarla y cuando le doy al botón no arranca, por más que lo intento nada de nada. Descuelgo el teléfono y llamo a mi amigo y le digo "Jose, mira que es que estoy intentando arrancar la moto y no arranca. Joder la compro de 2ª mano y me han tangao. A lo que mi amigo me contesta "no, tonto, lo que pasa es que para arrancarla tienes que tener apretada el mando del embrague.
Que bochorno.

Iniciado por Devachan

Cuando compré la moto nueva todavía no tenía carné y me la trajo una migo a casa. La dejó aparcada en el garaje.
Al rato me apetecía arrancarla y cuando le doy al botón no arranca, por más que lo intento nada de nada. Descuelgo el teléfono y llamo a mi amigo y le digo "Jose, mira que es que estoy intentando arrancar la moto y no arranca. Joder la compro de 2ª mano y me han tangao. A lo que mi amigo me contesta "no, tonto, lo que pasa es que para arrancarla tienes que tener apretada el mando del embrague.
Que bochorno.

Anda, como el rey.

Iniciado por loJaume

Era una de esas reuniones en las que no se sabe muy bien quien es cada uno, pero sabes seguro que habrá ondonadas de ostias para alguien.
Había un arturito (o sea, un tipo metido en un traje de Arthur Andersen) que no decia nada y que estaba pálido como la cera. El tipo tenía muy mala cara y no paraba de moverse en su silla.
En eso que de golpe se oye un "prRRRTZZZZZzz!", y se hace el silencio mientras todas las miradas convergen hacia el arturito. El tipo se mete la mano por detrás, ...y la saca llena de mierda.
Entonces se levanta y huye corriendo dejando tras de si un rastro de hedor fétido y la silla llena de mierda.

No apareció nunca más por la empresa y nadie supo nada más de él.

Ejque... teniendo Crohn o Colitis Ulcerosa, a quien se le ocurre meterse a arturito

Bueno, continuando en lo escatológico, ahí va la mía:
Fui al oftalmólogo para adaptarme lentes de contacto. Él entraba y salía continuamente de la sala de consulta, probándome lentes, poniéndome gotas, mirándome por aparatejos raros... Y entre ida y venida, la verdad es que se pasaba sus buenos ratos (tal vez tendría dos visitas simultáneas, que se yo). Yo llevaba ya un buen rato con un mal cuerpo intestinal considerable... con algo importante que tenía que salir... con ganas de tirarme un buen pedo, vaya. La cuestión es que, en una de las salidas del oftalmólogo, pienso "ahora es el momento": me inclino levemente hacia un costado, y dejo salir, como frenando con el motor en un descenso prolongado, lenta pero inexorablemente, de manera silenciosa pero contundente, la causa de mi desasosiego. Confirmado: todo gas, nada de líquido. Prueba superada.
Pero, oh horror: esta vez el doctor vuelve, no al cabo de unos minutos, no. Vuelve ipso facto, se sienta frente a mi, y me hace apoyar la barbilla en el aparatejo de marras para verme el ojo de cerca. Y yo pienso "no, nooooo, que no haga olor...". Pero irremediablemente fue si, SIIIII: ese fue el pedo más maloliente que jamás haya expulsado en mi vida (y se de lo que estoy hablando, ojo), tanto, que hasta a mi me disgustó. Pude sentir como iban subiendo los gases, que casi parecían, no solo llenar de vaho el visor, sinó dañar de manera irremediable su compleja tecnología. Lo peor es que tenía al oftalmólogo a un palmo de mi cara, y pude apreciar con detalle su reacción (ya que ni siquiera podía cerrar los ojos). Lo que más me sorprendió fue su profesionalidad: ni un atisbo de desagrado en su cara. No frunció el ceño. Ni siquiera arqueó una ceja. Con toda naturalidad continuó con la visita. Suerte que no dijo "venga, veamos como tienes el otro ojo", porque exploto allí mismo.

Esa. Esa fue la situación más embarazosa de mi vida. Bueno, no, ahora que lo recuerdo, esa fue la segunda.

Mi prima le encargó a su madre que le comprara sus yogures favoritos. Al probarlos, los notó raros y miró la fecha de caducidad: 04/07. Indignada se fue hacia el súper con el pack de yogures y le montó un pollo a la cajera porque vendían yogures caducados... ¡De abril del 2007! (se le fue la olla... pensó que 04/07 era abril de 2007 y no 4 de julio). En medio de la bronca se dio cuenta de su cagada y vio que los yogures en cuestión "sabían raro" porque eran de cereales y no los que ella solía tomar. Ahuecó el ala rápido.

Lo mio no es nada del otro mundo, pero ahi va.
Resulta que me hice con los puntos de la Visa un reloj de señora para la Wat. Pues voy a la Caixa a recogerlo, me lo dan y al rato lo miro y veo que no va. Estaba metido en su cajita, con su almohadon pequeño y eso.
Y yo pienso: Que cabrones estos de la Caixa, seguro que hace años que lo tenian en un almacen y se ha gastado la pila. ¿O es que sera de esos automaticos?
Empiezo a golpearlo a ver si reacciona y nada.
Bueno, pues por la tarde me voy al joyero y le digo:
-Mira que me ha tocado el reloj este y no tiene pila, a ver si me pones una.
El tio lo saca de la caja, lo mira, y me dice:
-No, es que lleva un seguro, ves? (Quitando un diminuto plastiquito de la rueda de cambiar la hora...)
-Yo, ehhh, perdona... que te debo?
-Nada. (Mirandome con cara de decir...pringaooooo)

Iniciado por node

Bueno, continuando en lo escatológico, ahí va la mía:
Fui al oftalmólogo para adaptarme lentes de contacto. Él entraba y salía continuamente de la sala de consulta, probándome lentes, poniéndome gotas, mirándome por aparatejos raros... Y entre ida y venida, la verdad es que se pasaba sus buenos ratos (tal vez tendría dos visitas simultáneas, que se yo). Yo llevaba ya un buen rato con un mal cuerpo intestinal considerable... con algo importante que tenía que salir... con ganas de tirarme un buen pedo, vaya. La cuestión es que, en una de las salidas del oftalmólogo, pienso "ahora es el momento": me inclino levemente hacia un costado, y dejo salir, como frenando con el motor en un descenso prolongado, lenta pero inexorablemente, de manera silenciosa pero contundente, la causa de mi desasosiego. Confirmado: todo gas, nada de líquido. Prueba superada.
Pero, oh horror: esta vez el doctor vuelve, no al cabo de unos minutos, no. Vuelve ipso facto, se sienta frente a mi, y me hace apoyar la barbilla en el aparatejo de marras para verme el ojo de cerca. Y yo pienso "no, nooooo, que no haga olor...". Pero irremediablemente fue si, SIIIII: ese fue el pedo más maloliente que jamás haya expulsado en mi vida (y se de lo que estoy hablando, ojo), tanto, que hasta a mi me disgustó. Pude sentir como iban subiendo los gases, que casi parecían, no solo llenar de vaho el visor, sinó dañar de manera irremediable su compleja tecnología. Lo peor es que tenía al oftalmólogo a un palmo de mi cara, y pude apreciar con detalle su reacción (ya que ni siquiera podía cerrar los ojos). Lo que más me sorprendió fue su profesionalidad: ni un atisbo de desagrado en su cara. No frunció el ceño. Ni siquiera arqueó una ceja. Con toda naturalidad continuó con la visita. Suerte que no dijo "venga, veamos como tienes el otro ojo", porque exploto allí mismo.

Esa. Esa fue la situación más embarazosa de mi vida. Bueno, no, ahora que lo recuerdo, esa fue la segunda.

Me quoteo a mi mismo, para contar cual fue la MÁS embarazosa, ya que la anterior he dicho que fue la 2ª. No se si la conté en este u en otro foro, pero ahí va:

Cuando tenía veintitantos años, tuve que estar un mes en el hospital, con una sonda en el pito durante 3 semanas, por motivos que no vienen al caso. No se si alguien ha tenido alguna vez un aparatejo de esos, pero es notablemente molesto, y especialmente doloroso cuando se obstruye. Eso ocurrió dos o tres veces, que las enfermeras supieron arreglar con sabia maestría, pero advirtiendo que a la próxima obstrucción tendrían sustituir la sonda y poner una de nueva (y eso si que duele :inaudito )
La cuestión es que, el penúltimo día de llevar la sonda, concretamente la última noche, tuve un fantástico sueño erótico (desde entonces intento recordar de qué se trataba, pero me resulta imposible ). Tan maravilloso era el sueño que, sobre todo después de haber estado durante un mes con idéntica actividad sexual que un ficus, pues que me desperté con abudante derrame. Ríete tu de las poluciones nocturnas de la adolescencia. Allí había más líquido blanquecino que en una peli porno. De repente, la sensación de placer dio paso a sensación de temor, pensando en el dolor de la sonda obstruida. Así que, no sin pensármelo 3 o 4 veces, acabé llamando a la enfermera. Serían las 4 de la madrugada.

Inmediatamente, llegó la enfermera. Y que para más inri estaba buenísima . Y yo pensé, "como se lo cuento?". Tras breves segundos, que me parecieron eones, y tras no poder articular palabra, no se me ocurrió otra cosa que levantar la sábana, y que comprobase ella misma lo sucedido. Ella bajó la mirada, y con toda profesionalidad dijo "no te preocupes, que el conducto urinario y seminal son independientes", a la vez que me acercaba una toalla para que me limpiase. Y se dio media vuelta, abandonando la habitación.

Enseguida me tranquilicé. Pero antes de dormirme, no pude evitar las contínuas carcajadas provenientes de la sala de enfermeras. Lo bien que se lo debieron pasar a mi costa, las puñeteras...

Otra que me he acordado esta mañana pensando en este post.

Cuando tenía 12-13 años me quedaba mucho a casa de mi abuela a dormir. Pues bien, un día mi tía nos viene a recoger a casa y cuando estamos subiendo por la escalera hacía poco que habían hecho reformas en todas las plantas.

Justo en la 1ª planta de 6 (que es donde vivía mi abuela y no había ascensor) habían 2 cables saliendo de la pared. Sube mi tía primero, luego mi hermana y yo iba el último. Tontaco de mi cojo los dos cables y junto los dos extremos (no con los dedos sino cogiendo la parte del cable que no está pelada y juntándolos).

Toda la luz de la escalera saltó y estuvieron cerca de una semana sin luz. En ese momento mi tía pregunta:

¿Qué ha pasado?

Y yo, con el perrico asomando el hocico me callé como nadie. Mi tía no hacía otra cosa que decir:

Que raro, si ha ido bien todos estos días y mira que han tocado cables.

La verdad es que lo pasé fatal.

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Otra anécdota con la electricidad. Ya era más grande. Hará de esto 7-8 años. Estaba desayunando en casa y enchufé el cable de la tostadora a un alargue. Pues bien. Iba muy duro a la hora de desenchufar el alargue del enchufe de la tostadora.

Tiro de los dos extremos y no salen. Tiro con más fuerza y se logran separar un poco pero aún y así estaban unidos. Entre los 2 enchufes quedaba un hueco muy justo. Pues bien, ahora lo pienso y que idiota fuí pero cuando lo hice me creí que no iba a pasar nada.

Meto los dedos índice/corazón de cada mano por el hueco que quedaba entre los dos enchufes para hacer fuerza. Imaginaos lo que pasa cuando hace contacto la corriente con tu cuerpo.

Si alguien recuerda la escena de solo en casa 2 cuando uno de los ladrones coge los pomos de los grifos que están conectados a un motor de alto voltaje y se acuerda perfectamente del grito que pega pues así grité yo. Me dio tal flash que aparte de gritar de una manera tan estúpida y descacharrante que separé de cuajo los dos enchufes. Lo gracioso es que estuve cargado de energía durante un rato y no podía tocar nada porque me daba calambre.

AHORA LO PIENSO Y MENUDO IDIOTA ESTUVE HECHO EN ESE MOMENTO. A QUIEN SE LE OCURRE METER LOS DEDOS ENTRE DOS ENCHUFES CONECTADOS.

SOLO SE ME PUEDE OCURRIR A MI.

Yo tengo una de accidentes domésticos, de hará 12 años o así.

Estábamos en la casa de mis tios, mi hermano, mi primo y yo, viendo una peli en el salón. En un momento dado me entran ganas de hacerme unas tostadas, así que me levanto, voy a la cocina, saco el pan de molde del congelador y meto dos rebanadas en la tostadora. Máxima complejidad.

Y ahora viene lo bueno. Resulta que la tostadora no saltaba automáticamente en el punto de tueste regular, sino que el muelle estaba estropeado desde siempre y había que darle a la palanca para que salieran las tostadas. Pero yo, evidentemente, eso no lo sabía.

Total, que empiezo a mirar la tostadora y pienso "joder, sí que tardan en salir...".

...sigo esperando...

Al cabo de un rato empiezo a elucubrar teorías: "a lo mejor es que no calienta demasiado".

...y sigo esperando...

De repente, percibo un importante olor a quemado, pero pienso "será que hay migas en el fondo y se están asando". Me pongo a buscar la mantequilla y la mermelada, y cuando me giro me doy cuenta que hay una lengua de fuego saliendo de la tostadora y lamiendo la pared, prácticamente al lado de unas cortinas, y haciendo chisporroteos y ruidos amenazantes.

En ese momento, en lugar de desenchufar o intentar apagar el desaguisado, voy al salón y le digo a mi primo "¿oye, es normal que tu tostadora lance fuego? Mi primo me contesta ¿estás de coña? Y cuando se da cuenta que mi cara no es de broma, va corriendo a la cocina a solucionarlo (la pared ya estaba casi negra).

Creo que dos tontos muy tontos hubieran resuelto la situación con mayor diligencia, pero cuando te bloqueas te bloqueas...

Iniciado por mundodvd

En ese momento, en lugar de desenchufar o intentar apagar el desaguisado, voy al salón y le digo a mi primo "¿oye, es normal que tu tostadora lance fuego? Mi primo me contesta ¿estás de coña?

Jajajajajaajaj joder, tu pregunta es tremenda. Y me imagino ese: "estas de coña???"

Molaría, "la tostadora ardiente".

¿Sabéis por qué tuvimos que cambiar de microondas en casa? Porque no hice caso a la advertencia esa que pone en las bolsas de palomitas de no volver a meterla si han quedado granos sin explotar. Hacedle caso, por favor. Casi salgo ardiendo .

Cuando era peque (aún no sabía ni andar) estaban mis padres pintando, y y veían que yo salía a gatas de la habitación, y volvía llorando. Así 3 ó 4 a veces, hasta que decidieron seguirme. Entonces vieron que me había agenciado un clavo largo, me acercaba a un enchufe y lo metía. Me daba calambrazo, lo soltaba, lloraba, iba a por mis papis, volvía a la habitación y así podría haber estado, en bucle, si no me llegan a descubrir.

La última: en el Hipercor fui a por una tarrina de mantequilla y después no encontraba a mis padres. Me llegaron a llamar por megafonía pero no se oía un pijo. Al final fui a la entrada y allí estaba. Yo tenía... 20 años.

Ahora entiendo muchas cosas

Iniciado por Geralt de Rivia

Ojalá tío, ojalá. No, soy tontoman mejor.

botxibcn, lo del tío que se estampa con una farola me ha hecho recordar otra cosa que me pasó. No me topé con una farola pero sí que me topé con otra cosa.

Fuimos con unos amigos a cenar a un chino y en el mostrador del restaurante había una caja de muestras con unos billetes chinos con el nombre del restaurante. Bien. Cuando salimos a la calle empezamos el cachondeo de grupo.

Jiji jaja. Bien. Pues por hacer el payaso me adelanto corriendo y me pongo delante de todos. Saco 2 o 3 billetes de esos falsos y los enseño ante todos imitando a los chinos. Empiezo:

Estos son los billetes chinos que dan suerte (ahora bien bien no me acuerdo de toda la parafernalia que dije pero sí recuerdo que todos se reían. También decir que era el único niño que había en el grupo y eso ayuda a hacer reir al grupo).

Bien, sigo haciendo el payaso, todo el mundo partiéndose la caja y yo dale que dale. Lo gracioso es que iba caminando de espaldas y encima tenía los ojos medio cerrados intentando emular los ojos rasgados de los chinos. Pues bien no me di cuenta y de golpe y porrazo me doy la vuelta y me estampé contra una furgoneta.

Aquello provocó la carcajada de todo el grupo. Pues bien, ahí no quedó la cosa que al lado había una de esas macetas gigantes que hay a ras de suelo con un montón de plantas. Pues me metí un tropezón que casi me como el suelo.

Imaginaos el cachondeito. Y lo mejor es lo que viene. Mis padres: hijo, menuda suerte te van a dar esos billetes. Anda, estate quietecito y quédate a mi lado.

Todo el mundo partiéndose la caja y yo con un dolor en la cara y en las rabadillas. Que chorradas se hacen de pequeño, señor.