Un desastre tonal, saltando del drama social a una comedia costumbrista, a una comedia alocada casi a lo Zuker (encima sin gracia); un desastre narrativo, con una reiteración insoportable de escenas que cuentan lo mismo, y un estancamiento una vez el protagonista ingresa en prisión (pasan cosas, pero no hay rumbo narrativo claro). Los personajes son todos "raritos", pero están huecos. Los actores, cada uno en su película.