Pues a mí me encanta el olor a palomitas. Creo que es adictivo, porque siempre que voy al cine y me digo a mí mismo que no compre palomitas, acabo comprándolas. Qué poca fuerza de voluntad, poldió.
A mí lo que me jode de esto es cuando algún amigo invita a unos amigos suyos para venirse con nosotros al cine, y resulta que esos amigos son los impresentables de mierda que se ríen de ABSOLUTAMENTE TODO de lo que sale en la película. Si sale un niño llorando y agonizando porque sus padres han muerto (por poner un ejemplo), se ríen. Si en un río aparece un cadáver, pues suelto una carcajadita. Si después de ese cadáver aparecen muchísimos más, suelto un "huala..." y me vuelvo a reír. Así con todo lo que pretende ser serio o trágico en una película, pero inexplicablemente para ellos es algo gracioso. Fíjate tú.
También están los comentarios que de grandes serán brujas lolas o de semejante calaña: Estás viendo la película tranquilamente, hay una escena de suspense (por poner otro ejemplo), se nota que va a pasar algo... y el brujo de turno suelta en voz alta "ahora pasa tal", sin saber qué ocurrirá, claro... ¡¡Y OCURRE!! Cuando el brujo de turno se da cuenta de su poco casual logro, tiene que soltar otro "huala" y la carcajadita, porque el nene está contento, claro.
Yo lo tengo muy claro cuando estos energúmenos nos acompañan. Les digo cuatro cosas para que reflexionen (si piensan o saben hacerlo, claro), y les sugiero a los que se comportan como personas normales si se quieren venir conmigo ocho filas atrás. Y hala, a disfrutar de la peli sin energúmenos aguantavelas al lado.




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 Re: espectadores imbéciles, antropología
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