Vista.
Es complicado, y mucho, comentar esta película sin concretar lo bueno y lo malo. De hecho, en mi crítica insistiré en el toque que Scott ha dado al film con, digamos, datos que para algunos pueden suponer spoilers.
En líneas generales me ha gustado. Lejos de ser memorable, pero correcta a nivel global, con momentos brillantes y algunas imperfecciones serias, como por ejemplo un montaje que en su hora final se ve lastrado por los corta y pega.
Scott aborda la historia desde una perspectiva más realista y, la verdad, me parece una idea muy atractiva. Arriesga, sobre todo en la representación de Dios, muy criticada (con esas risas odiosas de quien sólo ha ido a vapulear la cinta) pero que a mí me ha encantado. La sombra de Gladiator es alargada, y su ÉXODUS se ve impregnada del fatalismo que rodeaba a Phoenix y Crowe. Y aquí, aun siendo original, la película baja puntos por meras preferencias personales, ya que aborda la relación de los hermanos de forma totalmente diferente a lo visto. Yo me quedo con la historia tal y como la conocemos, simplemente porque me gusta más.
Problemas:
- Me parece nefasta la interpretación del actor que interpreta a Ramsés. Los tics, movimientos, su nula agresividad, parsimonia... es horrorosa.
- La frialdad de la historia. No me emociona en ningún momento. Me falta épica, conexión con sus personajes. Pero bueno, es el estilo Scott y se acepta.
Lo mejor: el aspecto visual. Bale, atípico Moisés y, sobre todo, el dilema bestial de un hombre
que no asume su papel de salvador ante un pueblo que, dicho amablemente, le incómoda. Grandiosa idea, siempre suavizada en el cine y seguramente más próxima al relato bíblico.
Lo dicho: no es una cinta que vaya a volver a ver a corto plazo. Quizá, ni a largo. Pero me ha parecido satisfactoria.
PD: La presencia de Weaver es
de los cameos (no puede llamarse de otra manera) más ridículos que he visto en mi vida cinéfila.