Cita:
Érase una vez que se era, un niño muy, muy, muy bueno, que se llamaba Achirucito.
Achirucito, iba tooodos los dias al bosque a coger fresas para venderlas en el mercado. Y la vida no le iba mal.
Pero un dia, unos señores le pararon en el camino. Y le dijeron:
--" Achirucito, Achirucito, ¿donde vas con ese cestito?"
-- "Pues voy a vender mis fresas en el mercado, que he estado toda la mañana entre zarzales para cogerlas..."
-- "Achirucito, Achirucito... mira que eres melón. ¿No ves que la gente se está aprovechando de tu trabajo? Vamos a hacer una cosa. Nosotros, que hace muuuucho muuuucho tiempo, nos dedicábamos también a coger fresas, ya no podemos por que se nos estropean las manos. Así que vamos a fundar la SGRF, Sociedad General de Recolectores de Fresas, y te vamos a nombrar miembro. Y tooodas las fresas que tu cojas, nos las vas a dar, que nosotros las venderemos. Sin extorsionar ni nada de eso, ¿eh? Si acaso, un poquito de monopolio, para poder manejar los precios. Nada serio. ¿Ves que bien?"
-- "Si, pero... ¿yo que gano?"
-- "Hombre... Pues verás. ¿A cuanto venderías tu un kilo de fresas? ¿Un euro? Pues te vamos a dar cinco céntimos. Asegurados, eso si... Nosotros, venderemos las fresas a un precio módico pero uniforme."
-- "¿A cuanto será eso? Es que mis clientas me quieren mucho y no me gustaría defraudarlas..."
-- "Hombre, Achirucito... Verás, tienes que comprender que tenemos una infraestructura que mantener. Y nosotros tenemos que vivir de algo... Los pura sangre no los regalan, precisamente, y las cuadras cada dia van más caras... Un precio razonable serían veinte euros."
-- "Pero... multiplicar el precio por veinte... ¿no es demasiado? Y yo ganaría veinte veces menos..."
-- "Ay, Achirucito, cuanto tienes que aprender... Si esto es por tu bien, criatura..."
Y Achirucito fué convertido en nuevo miembro de la SGRF. Y se fué para casa, orgullosísimo y satisfechísimo. Y con cierto escozor en la zona anal que, no obstante, no empañó su de por si cordial y respingona personalidad.
Pero hete aquí que a sus clientes y amigos no les pareció tan bien esto del nuevo precio de las fresas. Más aún, cuando los fabricantes de cestos (SGFC), asociados desde hacía semanas a la SGRF, empezaron a cobrar los cestos al doble de su precio, por que la gente empezaba a ejercer la nefasta costumbre de recolectar ellos mismos sus propias fresas. Y bien se sabe que sin cesto, no hay recolección ilegal que valga.
Después de tres o cuatro infractores que pasaron unos dias en el potro de castigo, los ánimos se caldeaban contra la SGRF.Así que los vecinos, indignados, se dirigieron a Achirucito, sabedores de que este malvivía con sus cinco céntimos por kilo, cuando antes cobraba cien. Esperaban su apoyo y comprensión, como mayor perjudicado por este monopolio.
Pero Achirucito, compungido, les recriminó su actitud...
-- "Aldeanos, aldeanos... ¿Por que nos atacáis? ¿No comprendéis que esto es por vuestro bien? ¿No sois ahora más felices, con un mercado fresil regulado? Cierto es que apenas me llega ahora para comer, pero ello es por vuestra culpa. No comprendéis que me estáis robando, y que las ventas de fresas caen en picado por vuestra codicia. En lugar de comer fresas, sé de buena tinta que estáis adquiriendo melocotones, y eso nos perjudica. Sois unos malos vecinos, y unos delincuentes. No pienso abandonar la SGRF como me sugerís. Ellos son mi familia y cuidan de mis intereses."
Y los aldeanos se alejaron, compungidos. Empezaban a pensar que ese escozor en la zona anal era consentido.
FIN
Espero que haya quedado claro... :aprende