Peliculón (si se consigue entrar en ella), supongo que a la gente lo que le echa para atrás es su verborrea incontenida y su tono excéntrico, no sé me ocurre que otro tono podría haber adoptado para la sátira que lleva a cabo. Yo me divertí de lo lindo. El guión es para enmarcarlo ¡que diálogos!, ¡cuantas verdades dice! (mención especial a la escena en que van a comer a casa del africano, tremenda), y el ritmo es vertiginoso, no decae ni un solo segundo.

No le veo parecido alguno con Wes Anderson, que era lo que más miedo me daba viendo fotos y carteles (adoro a Anderson, pero no me apetece ver imitaciones), pero si recuerda mucho a los guiones de Kaufman: la oficiona de esos detectives existenciales podría estar situada en el mismo edificio donde se encontraba la puertecilla al cerebro de Malkovich.

Consigue crear una especie de conexión emocional con el espectador (supongo que por identificación, al menos a mi me sucedió), a pesar de que los personajes sean bastante caricaturescos (tal vez en eso si remita a Anderson, que consigue que sus mundos de juguetito cobren vida y transmitan emociones verdaderas).

Estupendo todo el reparto, hasta el normalmente inepto Mark Whalberg, geniales Hoffman, Tomlin y Huppert, esta última riéndose un poco de su imagen de actriz que sólo hace personajes bizarros.

¡Y Que bueno es Jon Brion!

Al top 10 del año de cabeza.