Siempre he pensado lo mismo. Sólo con su paseo inicial por la Alemania, oyéndose los fantasmas de los que allí gobernaron (impresionante escena) el bueno de Tracy gana la batalla, y de antemano. Y dejando a un lado el Oscar principal, antes que de él me acuerdo de Clift e incluso del enorme papel de Lancaster. Pesos pesados, lo que no quita a que Schell estuviera espléndido en esta obra maestra.
Me quedo con su interpretación en La cruz de hierro de mi adorado Peckinpah.