Lo conocía personalmente y puedo decir que tras su aspecto en apariciencia algo huraño, había un gran, gran tipo. Si le tratabas de forma cercana ofrecía unas conversaciones interesantísimas. Muy directo, muy noble, muy honesto, muy de verdad. Recuerdo una noche en un hotel de Valencia donde estuvimos charlando junto con Álex y un amigo común y puedo decir a ciencia cierta que fueron algunas de las horas más entrañables que recuerde.
En los últimos años y gracias al "800 balas" y "La Comunidad" de Álex de la Iglesia recuperó el terreno perdido que el olvido y la enfermedad le habían robado, regresando de nuevo a la primera plana.
Una gran pérdida para el cine y para los que lo conocían.

Descansa en paz, Sancho.