Una cosilla. Dejé los cómics en los años 2000, o incluso antes. No conocía la existencia de una versión de Shalla-Bal convertida en Silver Surfer. Me imagino que se trata de una versión alternativa y relativamente reciente, como tantas otras que terminaron por alejarme de un medio que, simplemente, ya no avanzaba al mismo ritmo que mi propio crecimiento vital.
Se ha hablado, por ejemplo, de la versión femenina de Thor, y eso sin mencionar al mismísimo Thor rana de la etapa de Simonson, que, dicho sea de paso, me sigue pareciendo increíblemente maravilloso. O sea, que todo está inventado y todo es posible. Por eso, la típica afirmación de “eso ya ha salido en los cómics” no me sirve como justificación personal.
Yo solo conocía a Shalla-Bal como ese recuerdo doloroso y motor emocional de Norrin Radd, en aquellos viejos cómics de Vértice (¿quizá el número 50 de la edición USA?). Y personalmente, repito, personalmente, sólo conecto de verdad, psicológica y emocionalmente, con Norrin Radd y su existencia trágica. Todo lo demás me resulta, en el mejor de los casos, atrezzo.