Pues yo a esta saga la veo una gamberrada de dimensión tan sideral que situada en su contexto la veo uno de los mayores espectáculos del mundo dentro de ese cine concebido como un espectáculo puro y duro más que un elemento de corte artístico. No quiero decir con esto que no deje de ser un Arte ni mucho menos porque detrás de cada entrega hay un colosal trabajo de coreaografía a todos los niveles en buena parte de sus escenas pero hoy por hoy el sentimiento de la mayor parte del numeroso público y fans de la saga cuando van a ver otra nueva entrega es la de sentarse y presenciar un grandioso espectáculo en mayúsculas donde todo es por y para el espectáculo y la historia está al servicio del mismo, de tal modo que llegados a este punto, la veracidad del guión, la caracterización de los personajes y la incertidumbre de lo que pasa o deja de pasar no resulta tan importante a pesar de que exista empatía hacia buena parte de sus personajes después de tanto tiempo. La gente quiere un chute de adrenalina en vena y pasar dos horas o incluso dos horas y cuarenta minutos como promete esta parte de diversión palomitera. Y de no ser así, esta saga no iría por la octava parte, no nos vayamos a engañar. La Historia concebida como en un principio daría para una trilogía todo más, quizás cuatro partes y ya pero en su momento se decidió cambiar las reglas del juego y apostar por el no hay reglas y no hay límites y el todo es posible en plan peli de superhéroes. Bien es cierto que la saga da síntomas de cierto agotamiento y a mi modo de ver, nota en exceso la ausencia de un Justin Lin que al margen del espectáculo entendía mejor que nadie lo relacionado con el sentido y carisma de cada personaje a la hora de lograr que la historia aunque simple, resultara efectiva pero aún así yo espero pasármelo pipa viendo otra peli más de A todo gas. A pesar de que ya no esté Brian O'Conner. O sí.....quien sabe.