Hoy he visto Nordeste, de Juan Solanas. Trata el tema de la adopción internacional de niños, en este caso en Argentina, y sigue las peripecias de una ejecutiva francesa soltera y de mediana edad en su búsqueda de un bebé. Formaría una buana trilogía con La Casa del los Babys de John Sayles y la más reciente La Pequeña Lola de Bertrand Tavernier, pero se distancia de ellos en la forma de contar la historia, muy pausada y sin hacer partícipe a la cámara de la intensidad emocional que vive los personajes (en contraste con el exceso de cámara en mano del que hacía uso Tavernier).

El peso lo llevan dos personajes, la ya citada adoptante y una madre de familia argentina con infinidad de problemas muy bien interpretada, es todo emoción y veracidad. El director sigue las vivencias de estos dos personajes, pero está casi o más interesado en describir el entorno en el que se encuentran, tanto geográficamente como en relación a los distintos personajes con los que interactúan para tener una idea global de lo que sucede.

Como punto flojo me ha parecido que si bien en algunos momentos parece que no pasan cosas y todo se cuenta con mucha calma, otras veces se pegan importantes saltos que dejan algo tocada la narración.

Para acabar y como curiosidad, decir que si se le quitara algo de metraje podría pasar perfectamente por un hipotético cuarto episodio para la Babel de Iñárritu...

Decir que la he visto en el Palacio de Congresos, y de una forma bastante lamentable, la verdad: la sala era una sala de proyección provisional montada con paneles desplazables, y lo peor de todo, los asientos no tenían que ver con los confortables de cualquier cine, sino que eran más parecidos a pupitres escolares, de madera y que te dejaban el culo plano a la media hora de la proyección. La pantalla era de poco más de 2,50 metros de base, y los primeros cinco minutos han sido sin apagar completamente las luces de la 'sala'. Vamos, un cuadro.

Afortunadamente, mañana me voy a pasar por el Palafox, porque en esas condiciones es difícil disfrutar la película. Este es un factor que se tiene que cuidar con mucho mimo en futuras ediciones (me parece que a ésta ya no llega la mejora, aunque supongo que el Palacio de Congresos tiene que disponer de alguna sala audiovisual en condiciones) porque me parece fundamental la proyección en sitios preparados para ello y con la mínima comodidad exigible. Es muy triste que un festival que representa a la ciudad de Madrid (aunque aún esté en pañales) dé tal sensación de 'amateurismo' y no pueda superar la calidad de las proyecciones de cualquier centro cultural (que seguro que muchos le superan).

Bueno, demos tiempo al tiempo que todo se andará.