Estos días he estado en Londres y he adquirido "The Driver". Una vez vista, me parece una película insólita, con una voraz atmósfera nocturna y de una exposición seca, sin diálogos y cortante. Los personajes hacen gala de una marcada ambigüedad, desde el esquizofrénico "perro de presa" interpretado por Bruce Dern hasta una portentosa Isabelle Adjani, fría y malévola, sacando las uñas en plan femme fatale. Con una gran dirección de Walter Hill que toma buena nota del Peckinpah de "La Huida", persecuciones excitantes y una fotografía minimalista de Philip Lathrop. Uno de los mejores policíacos de los 70 junto a "French Connection" o "Tarde de perros". Y de nuevo, tengo que hablar de Ryan O'Neal, quien nunca ha gozado de muy buena prensa, pero es justo reconocer que aquí hace un trabajo excelente y contundente en un papel que en principio no le iba mucho. Un último apunte para la música, realmente muy acorde con el tono sombrío y subterráneo del film.