Hace unas semanas Microsoft anunció algo que no sentó demasiado bien a los futuros compradores de Xbox One: el pack inicial de la consola no incluiría headset (el auricular con micrófono para comunicación online). La argumentación (muy difícil de entender, o muy mal explicada) era que Kinect ya reconocía nuestra voz con suficiente claridad y que en principio no era necesario un micrófono. Quienes aún así prefirieran el comunicador oficial, lo podían adquirir por separado, a un precio por determinar.

El aluvión de críticas no se hizo esperar. Por apenas unos dólares de ahorro, Microsoft volvía a dar una mala imagen innecesariamente.

Sin embargo, ayer el distribuidor oficial de la consola en Reino Unido listó el dichoso headset como parte integral del pack inicial, aunque Microsoft no tardó en desmentirlo de nuevo.

Lo fácil es pensar que Microsoft desea ahorrar costes por cualquier parte, pero siendo que el headset apenas debe costarle 3 dólares de producir, lo más probable es que lo hagan para forzarnos a hablarle a Kinect "en abierto" y nos acostumbremos a ello, de la misma forma que hablamos ante la webcam con micrófono de un ordenador.

Esto de la next-gen empieza a ser un culebrón venezolano...