A santo de nada, pero volvemos a lo de siempre. El Barcelona ha desarrollado una técnica muy refinada de teatro, que funciona de puta madre porque a los árbitros se la cuelan casi siempre.
Hombre, no compares... Creo que arrancando en carrera, un codazo en el tobillo o debajo de la rodilla te puede tumbar con facilidad. Pero vamos, que si fuera teatro, no justificaría tampoco el anterior.