Finalizada la 3a temporada. Me ha gustado casi lo mismo que la 2a y 1a. Tal vez algo menos, aunque es más regular que la 2a, digamos que aquella tenía una primera mitad más excitante. FNL, supongo, le ocurre como a taaaaantas series de instituto, y es que les cuesta llegar a su tercer año o cuanto menos adaptarse cuando los personajes deben dejar la serie o transformarse cuando la serie sigue a los personajes a la universidad. En ambos casos hay ejemplos de hostiones. Pero FNL me da que lo va a hacer bien.
Sigue habiendo algo de capricho en las motivaciones o reacciones de los personajes y lo achaco en parte a la velocidad de la serie (que es buena parte de la razón de la satisfacción de su visonado, conste) pero en parte también me parece que sería algo evitable: a veces los personajes tienen cambios repentinos de parecer o, al revés, no tienen los que deberían acorde a su personalidad. Un ejemplo, este año le ha ido todo bastante irregular a Matt Saracen: pierde su puesto de titular en el equipo, algo que podría hundir definitivamente a un chaval que no lo tiene nada fácil (qué gran personaje y eso que básicamente son sus circunstancias y la ceñuda interpretación de Zach Gilford, pero conmueve), pero en paralelo regresa con Julie, y lo mejor: su madre (gran Kim Dickens, una actriz que SIEMPRE me cuadra, en cualquier papel) regresa a su vida. Pero los altibajos se consuman con el empeoramiento mental de su abuela. Dada su situación es difícil a veces tratar con ella. Bien pues vemos como, sin siquiera mencionarlo, acepta ir a una residencia. Con todo lo que hemos visto de ella la escena hubiera dado pie a lloros y negación. Y puede ser una elipsis pero no sólo la serie no las utiliza sino que en este caso sería carne de escena clásica de FNL. En esto FNL me recuerda a Battlestar Galactica, dos series que adoro pero que no eran coherentes ni fluidas con sus personajes.
Lo que sí desaparece es el tema de la semana, un clásico de otro tipo de TV al que FNL a veces recurría en la 1a y 2a temporada pero que en la 3a se ve menos. Tal vez los 13 episodios (en vez de 15) y una idea más concreta han ayudado.
Lo que sí prevalece es cierto maniqueismo bien/mal para tratar a esos personajes: los Taylor, por ejemplo, son víctimas de malas decisiones o, directamente, de cierta maldad (empresarial la mayoría de veces) que choca contra las acciones nobles del matrimonio. En eso FNL es curiosa: tiene esos puntos de TV pre-HBO, pre-SXXI pero lo hacen todo tan bien!! Ejemplo: toda la trama del cambio de Taylor por su segundo entrenador orquestado por el padre de JD es bien claro.
Por lo demás sigue siendo una pequeña gozada y, lo mejor, muy humana.
De nuevo no esperaré y empezaré la 4a!