REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE FRITZ LANG (1890-1976) / PARTE V:
06. DAS WANDERNDE BILD (1920, LA IMAGEN ERRANTE)
Director: Fritz Lang.
Estudio: May-Film G.m.b.H.
Productor: Joe May.
Guion: Thea von Harbou y Fritz Lang.
Dirección artística: Otto Hunte y Erich Kettelhut (Miniaturas).
Fotografía: Guido Seeber, en blanco y negro con virados en color (1.33:1).
Música: Aljoscha Zimmermann (Versión reconstruida en 1987).
Reparto: Mia May (Irmgard Vanderheit), Hans Marr (Georg Vanderheit/John, su hermano), Rudolf Klein-Rogge (Wil Brand, un primo de Georg).
Duración: 1 h 07 m 09 s.
Estreno: 25 de diciembre de 1920 (Berlín).
Después de ser apartado por el jefe de producción de la Decla, Erich Pommer, del proyecto EL GABINETE DEL DR. CALIGARI para que se centrase en la segunda entrega de la exitosa serie LAS ARAÑAS, Fritz Lang tomó la decisión de alejarse, siquiera temporalmente, de los dominios de aquel y aceptar la oferta de su antiguo mentor, Joe May (1880-1954), para quien había escrito sus primeros guiones.
Fue allí donde Lang conocería a su más estrecha colaboradora y la mujer más importante de su vida, tanto profesional como personalmente, Thea von Harbou (1888-1954).
A pesar de que ella estaba casada con el actor Rudolf Klein-Rogge (1885-1955), con quien Lang elaboraría sus cintas mudas más celebradas (EL DR. MABUSE (1922), LOS NIBELUNGOS (1924), METRÓPOLIS (1927), SPIONE (1928)), ello no fue obstáculo para que ambos mantuvieran una relación amorosa que finalmente cristalizaría en matrimonio (de 1922 a 1933).
Fritz y Thea tenían muchas cosas en común y una de ellas era su fascinación por la India.
Mientras ella estaba ocupada en la adaptación a la gran pantalla de su propia novela “Das indische Grabmal” [“La tumba india”] (1917), May le asignó a Lang la tarea de ayudarla en la elaboración del libreto y de iniciar las labores de preproducción de la misma.
La película, como era costumbre en la época, constaría de dos partes, LA MISIÓN DEL YOGI y EL TIGRE DE ESNAPUR.
Sin embargo, a la vez que la pareja estaba enfrascada en su proyecto más querido, fue requerida por May para que elaboraran a la par el libreto de otra película completamente distinta y sin base literaria previa.
El título original ya lo decía todo: “Die Madonna im Schnee” [“La Virgen en la nieve”].
May pronto se dio cuenta de que LA TUMBA INDIA sería la producción más importante de su compañía hasta la fecha y un más que probable éxito de taquilla por lo que a la chita callando decidió que el mismo se encargaría de la dirección y aceleró por ello el rodaje de la película ahora titulada LA IMAGEN ERRANTE y de esta forma tener no sólo ocupado a Lang en su realización sino también alejado de los estudios dado que la misma ser rodaría en los mismos escenarios naturales en los que transcurriría la historia, los Alpes bávaros.
La película, protagonizada por la propia esposa del productor, Mia May (1884-1980), es un melodrama de tomo y lomo lastrado por una molesta carga religiosa pero a la que es difícil de juzgar imparcialmente dado que poco más de la mitad de su metraje ha llegado hasta nuestros días.
La reconstrucción llevada a cabo en 1987 a partir de una copia encontrada en Brasil sólo pudo recuperar 1.410 de los 2.032 metros de que constaba la película. Sin embargo, no se encontraron ni los intertítulos ni una copia del guion que sirviera de base para enlazar las imágenes por lo que fue necesario crear unos nuevos para hacer más comprensible la trama.
La película, al igual que EL GABINETE DEL DR. CALIGARI, se divide en actos (cinco en concreto), algo por lo visto habitual en el cine alemán de la época (recordemos el caso de EL ESTUDIANTE DE PRAGA (1913)), como si de una función teatral se tratase.
Uno de los aspectos más positivos de la película es, como antes decía, el rodaje en exteriores, algo que más adelante se convertiría en una excepción en la carrera del director vienés quien siempre se encontró más a gusto en la comodidad de los platós de los estudios.
Dado que un tercio del metraje original de la cinta está desaparecido los intertítulos – creados, como digo, ex profeso para poder entender la trama – son notablemente prolijos y seguramente además se toman algunas – lógicas – libertades.
De una forma improbablemente casual, coincidirán en el mismo tren que tiene como destino una pequeña localidad turística en los citados Alpes bávaros, Wil Brand (Rudolf Klein-Rogge), primo (y heredero legítimo) de Georg Vanderheit (Hans Marr) y la viuda de este, Irmgard (Mia May), a la que el primero piensa llevar a los tribunales para hacer valer sus derechos sobre la herencia del citado magnate.
Durante el trayecto Irmgard recibirá un telegrama firmado por un tal John (pronto sabremos de quién se trata) en el que este le indica que no podrá escapar de sus garras tan fácilmente.
Wil, intrigado, se convertirá en la sombra de Irmgard, intentando descubrir las luces y las sombras del personaje.
A partir de este momento la peripecia vital de la protagonista tendrá una notable similitud con la de la mismísima Virgen María puesto que primero no encontrará habitación para pasar la noche pese a que Wil se ofrezca galantemente a cederle la suya, algo que ella rechazará…
… luego seguiré con los paralelismos…
Aparece el tercero en discordia, John (encarnado igualmente por Hans Marr, dado que es el hermano gemelo de Georg) y que se convertirá en el villano a machamartillo de la función.
Mientras Irmgard cruza un pequeño lago en busca de alojamiento, esa imagen de una mano esquelética tocando una campana y que se repetirá más tarde es toda una premonición del desenlace de la película y tiene un toque fantástico ciertamente atractivo.
- Y pese a lo que dice el remero, no es un monje sino un esqueleto, como se aprecia bien en la captura de pantalla, quien hace repicar las campanas. -
La llegada de John al pueblo será seguida con atención por el cada vez más intrigado Wil que empieza a ver como la madeja se va enredando cada vez más.
John hará ver a los lugareños que necesita encontrar a su esposa puesto que esta sufre un trastorno metal y nadie sabe de lo que es capaz de hacer.
Wil, que parece haberse convertido en el ángel de la guardia (de nuevo una referencia diáfanamente cristiana) de la dama en apuros, tomará un bote para advertirla de la llegada del intruso.
El consejo de Wil de que Irmgard huya a las montañas y que esta aceptará nos llevará al nudo gordiano de la trama y será allí donde acontezca el grueso de la misma.
Así que cayado en mano, como Moisés cuando subió al Monte Sinaí, Irmgard fiará su destino a las fuerzas de la Naturaleza, mientras con igual convicción John la seguirá como un sabueso tras sus huellas.
Y de nuevo una referencia religiosa al hecho de que ella debe llevar su Cruz sola.
En contra de cualquier probabilidad estadística, en su ascenso a la montaña Irmgard se encontrará con su (aparentemente fallecido) esposo, Georg, que vive como un monje cuidando de un rebaño de ovejas (de nuevo un nada velada referencia cristiana).
Sin embargo, Georg ocultará su identidad y dejará que ella siga su camino o más bien su pasión.
El ascenso de la montaña por parte de Irmgard permite a Lang recrearse en la belleza de las imágenes gracias a la excelente labor tras las cámaras de Guido Seeber, seguramente uno de los escasos alicientes que tuvo el director ante lo descabellado de la trama.
Justo es igualmente reconocer el trabajo de Erich Kettelhut en la elaboración de las miniaturas – otra debilidad del director – en escenas tan trascendentales como la del alud de nieve.
Un Georg arrepentido seguirá los pasos de su mujer para evitar que esta perezca en la peligrosa ascensión.
El rótulo con el título original del proyecto, LA VIRGEN EN LA NIEVE, hará referencia por igual a la imagen de la misma que se encuentra en el camino la protagonista como a ella.
- Y, por cierto, un título más bello que LA IMAGEN ERRANTE que tampoco me parece el más indicado para la película dado que lo que hará la estatua de la Virgen moverse es un hecho puntual - un "milagro" - y no algo habitual. -
Tiene algo de inquietante esa imagen en piedra de la Virgen, como antes la del esqueleto tocando a difuntos.
Y resulta ciertamente inadecuada la ropa con la que tanto Irmgard como su (otro) esposo John se enfrentan a los rigores de las montañas bávaras.
Amén de la falta del equipamiento necesario para sobrevivir en las mismas…
La oportuna llegada de Georg evitará que John despeñe por la abrupta montaña a su esposa.
En verdad que es un tanto rocambolesca la imagen de Georg roca en mano amenazando a John mientras Irmgard trata de ponerse a salvo de ambos.
Georg e Irmgard, ante la imposibilidad de volver al pueblo debido a la tormenta que se avecina, se dirigirán a un refugio de montaña en el que pasar la noche.
Sin embargo, John les seguirá sin perderles de vista ni un momento.
- Por cierto, Mia May, a sus 36 años, me parece una heroína escasamente atractiva. Más bien parece la típica matrona alemana. Y el personaje encarnado por Hans Marr, Georg, tiene también un más que notable parecido con el mismísimo J.C. -
La verdad es que viendo lo que nos queda por delante y a pesar de lo exiguo de la copia es en verdad difícil comprender qué pudo ver Lang en la propuesta de May dado que es una película que no tiene conexión temática con ninguno de los títulos posteriores del director.
Imagino que el único acicate sería la certeza de que a continuación de ella se encargaría del proyecto estrella de la compañía, la citada LA TUMBA INDIA (y que será objeto de comentario en breve en este mismo rincón por razones evidentes).
John, convertido en un auténtico villano de película de Mack Sennett (bigotito incluido), se hará con los detonadores y los explosivos que usan unos canteros de la zona y pretenderá volar el refugio en el que se han cobijado nuestros protagonistas (¡!).
Recuperando inteligentemente – algo había que destacar de la película – la imagen del esqueleto tocando la campana de la iglesia, Lang superpone la misma al momento en el que John hace explotar la dinamita, haciendo que sirva de advertencia al público de lo que va a pasar.
- Aquí sí se aprecia más claramente que es un esqueleto y no un monje el que toca el instrumento. -
La terrible explosión provocará un alud que no sólo afectará a la cabaña en la que se ha refugiado la pareja sino al pueblo que se encuentra en las faldas de la montaña.
Atrapados y sin posibilidad de huir del refugio Irmgard y Georg afrontarán con estoicismo su más que segura muerte.
Será en ese momento cuando ella conozca por fin la identidad de su salvador, su primer esposo, Georg, a quien creía muerto.
- Como veis estamos ante un melodrama desaforado en las antípodas del más calmado MADAME BUTTERFLY, la película más próxima – dentro de lo que cabe – estilísticamente a esta.
Lang usará la técnica del flashback (que como vemos no era exclusiva del cine norteamericano) para contarnos la (trágica) historia de amor entre Georg e Irmgard.
Georg era un erudito y filósofo que escribió una obra sobre el “amor libre” que le grajeó popularidad pero también la hostilidad de la sociedad de la época.
- Por cierto, los principios de la misma enumerados en esos intertítulos rediseñados no dejan de tener su lógica en pleno siglo XXI. -
El encuentro casual (¿de nuevo?) entre el libre pensador Georg y la inocente Irmgad llevará al primero a contratarla como secretaria y asistenta de su madre enferma y luego, como el roce hace el cariño, a pedirle que viva con él pero no bajo el sacramento del matrimonio, del que aquel abjura, sino siguiendo sus propias convicciones.
La inicial negativa de ella – lógica, por otra parte dada la época en la que transcurre la historia – será pronto disipada y ella aceptará a condición de que nadie sepa que “viven en pecado”.
La pareja finge estar casada delante de la (próspera) familia de él para salvar las apariencias, algo por cierto que va en contra de las creencias de Georg.
La frágil estabilidad de la pareja se verá pronto quebrada con el anuncio por parte de ella de que está embarazada.
La negativa de él a renunciar a sus más firmes creencias y, por tanto, casarse “legalmente” con ella provocarán que el afecto de esta se traslade hacia el hermano gemelo de Georg, John, con quien finalmente acabará casándose a pesar de seguir amando al primero.
Sin embargo, la boda se celebrará en secreto y usando el nombre de Georg y no el de John por expreso deseo de ella.
Un pequeño flashback dentro del flashback general confirmará a Georg de que el testimonio del sacerdote que les casó es auténtico.
Y de esta forma su nombre aparecerá en el registro de la iglesia, algo que va en contra de su idea del “amor libre”.
Dada la sustancial ausencia de metraje es difícil de dilucidar por qué John acepta pasar por esposo de Irmgard con el nombre de su hermano gemelo.
El desengaño sufrido por Georg a raíz de la traición de su compañera le hará desaparecer de la faz de la Tierra fingiendo un suicidio.
Intuimos que es el mismo tren que veíamos al principio de la película en el que Georg lee en el periódico la noticia de su muerte lo cual le garantizará la vida anónima y alejada del mundanal ruido que tanto ansía.
El juramento que Georg hace a la Virgen de que no se reintegrará al mundo hasta que dicha imagen se mueva será, lógicamente, la resolución final del triángulo (casi cuadrado, si contamos al galante Wil) amoroso en el que se basa la película.
- Una imagen, por cierto, simétrica a aquella en la que ella hacia el mismo gesto a la imagen de la Virgen. -
Fin del primer flashback en la cabaña.
El obligado encierro de ambos a la espera del fatal desenlace hará que Irmgard le cuente a Georg lo ocurrido tras su (supuesta) muerte y la lectura de su (suculento) testamento para lo cual Lang volverá a usar un nuevo flashback aunque sustancialmente más breve que el anterior.
La lectura del mismo servirá a Irmgard para conocer que Georg conocía el hecho de que se hubiese casado “legalmente” con su hermano John. Y no sólo eso sino que será la heredera única de toda su fortuna.
John, al que le ciega por un lado el nacimiento de la hija de Irmgard (y de su hermano) y por otro lado y especialmente por no haber recibido ni un misero marco de la herencia empezará a ponerle las cosas difíciles a su “esposa” hasta el punto de que esta tenga que tomar la difícil decisión de abandonar su hogar y su querida hijita y marcharse lejos a las mismas montañas en donde se encuentra ahora mismo prisionera.
Y de esta forma finaliza el segundo y último flashback.
Una segunda avalancha provocada por los corrimientos de tierra generados por la explosión hará todavía, si cabe, más difícil que la pareja pueda recibir auxilio antes de que sea demasiado tarde.
En verdad que es todo un folletín la odisea de Irmgard. O más bien un via crucis dada la más que trasparente religiosidad que inspira la propuesta.
Afortunadamente el intrépido Wil encabezará la partida de rescate aunque para ello tenga que enfrentarse a un desatado John quien, al igual que antes su hermano, intentará, roca en mano, impedir que la misma llegue hasta el refugio sepultado por la ladera de la montaña.
Esa Roca (más bien Cabeza) del Diablo – ojo incluido - en la que se parapeta John y a la que había hecho referencia una campesina durante el ascenso a la montaña de la protagonista para guiarla en su camino, es otro de esos pequeños toques fantásticos que salpican de vez en cuando y que aportan algo de miga a un argumento ciertamente demencial.
Wil se convertirá en el auténtico héroe de la película pues no sólo logrará llegar a tiempo de rescatar a la pareja sino que después salvará a Irmgard de las garras de John, quien parecerá a manos de su propio hermano despeñado.
Los ruegos de Irmgard a Georg para que este regrese con ella y vivan de nuevo felices serán en vano, puesto que el juramento que hizo a la Virgen no puede ser quebrado…
… salvo que como en “Macbeth” el bosque comience a moverse…
… o en este caso, la estatua de la Virgen en la nieve…
Aunque la obra de Shakespeare no tiene absolutamente nada que ver con la película hoy comentada seguro que todos estáis ya pensando en cómo puede acabar la historia…
Georg confiará el cuidado de Irmgard en los fuertes brazos de su salvador, el bueno de Wil.
A su regreso al hogar Wil sorprenderá a Irmgard por partida doble, primero confesándole su amor y segundo diciéndole que en realidad es primo de Georg y, por tanto, heredero de la fortuna de este si no fuese por ella.
- No está mal que la atribulada Irmgard sea (o haya sido) pretendida por hasta tres hombres y todos ellos parientes cercanos (¡!). -
Lang, para remarcar todavía más la profunda religiosidad que impregna toda la película simultaneará la imagen de una Irmgard que postrada en el lecho de su hija parece la mismísima encarnación de la Virgen (como ya antes había indicado) con la decisión que toma Georg de, a pesar de todo, tratar de ayudar a su “esposa” cuando esta más le necesita.
En ese proceso de “santificación” que sufre la protagonista su altruismo en defensa de los más necesitados le hará granjearse el nombre de “Der Engel der Armen” [“El ángel de los pobres”].
Lang, cual Cecil B. DeMille desatado, hará que un fuerte tempestad provoque un auténtico “milagro”: el movimiento de la Virgen en la ladera nevada en la que permanecía enclavada.
- Por cierto, el director parece establecer un “justo” intercambio con esa imagen de la joven madre que muere y deja a su hijo recién nacido en brazos de Irmgard y el movimiento de la Virgen ladera abajo, lo cual no deja de ser algo ciertamente cruel. -
La desaparición de la Virgen que Georg toma como un auténtico milagro (y dadas las circunstancias, no deja de tener su razón) permitirá a este liberarse de su juramento e ir en ayuda de su amada.
Irmgard con el niño en brazos se convertirá en la viva imagen de la Virgen desaparecida.
Mientras Georg se dirige al encuentro de Irmgard esta se reúne con Wil y a la vez que rechaza su gentil oferta de matrimonio le cede los derechos de la herencia que le corresponden legalmente.
Lógicamente tal sacrificio tendrá su recompensa.
Georg volverá a los brazos de su amada pero, curiosamente, ambos decidirán volver a la montaña donde podrán vivir su amor libre y sin ataduras, lo cual no deja de ser una contradicción con ese tono religioso tan enervante que impregna toda la película.
Ende.
Con toda seguridad LA IMAGEN ERRANTE es hasta ahora la más floja de las películas que de su director he revisado y, sinceramente, no creo que el visionado de la copia en su integridad hubiese cambiado mi opinión sobre ella dado lo disparatado del argumento.
Buenas tardes y, buena suerte.
Y espero ponerme raudo y veloz con la siguiente película del ciclo, DIE VIER UM DIE FRAU o KÄMPFENDE HERZEN o CORAZONES EN LUCHA, si antes no descuartizo al vecino del 5º…
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