BONUS:
Pest in Florenz (1919), de Otto Rippert
Añado, en forma de “bonus”, un breve comentario sobre este interesante film de Otto Rippert, estrenado solo unos meses antes de Das Cabinet des Dr. Caligari. ¿Por qué lo incluyo aquí? Pues porque se trata de una producción de la Decla, con Erich Pommer como productor, y con Fritz Lang como guionista. Además, y este es el motivo principal, porque el equipo responsable del diseño artístico es el mismo que el del film de Wiene: Hermann Warm, Walter Reimann y Walter Röhrig (estos dos últimos sin acreditar en la versión disponible), junto a Franz Jaffe (responsable de la construcción de los decorados exteriores que reproducen edificios florentinos, como, por ejemplo, la fachada del Palazzo Vecchio), contando también con Willi Hameister como director de fotografía.
A pesar de tanta coincidencia, formalmente la película de Rippert no tiene nada que ver con la de Wiene, no hay ni rastro de las soluciones genuinamente expresionista de esta. Ni fondos pintados, ni imágenes distorsionadas, ni sensación de irrealidad. Al contrario, el esfuerzo del equipo de producción está claramente encaminado a otorgar un aire de verosimilitud realista al film (a pesar de los numerosos elementos fantásticos de la trama), con abundantes exteriores y una reproducción de ambientes florentinos (tanto en los espacios externos como en las decoraciones de interiores) que busca la evocación de los lugares reales de la ciudad toscana, recurriendo a una mescolanza de estilos que van de finales de la Edad Media al pleno Renacimiento, en forma de pinturas y esculturas.
Se ha escrito en diversas ocasiones (sin ir más lejos, en la ficha de imdb), que Lang se basa en el relato de E.A.Poe “The Masque of the Red Death”, lo cual es inexacto. De entrada, el relato de Poe no está ambientado en Florencia, ni siquiera en una ciudad, sino en una abadía fortificada, donde se retira el príncipe Próspero con su corte, mientras la peste conocida como “la muerte roja” asola el país. En cambio, en la película de Rippert, la peste hace su aparición solo al final como castigo de la vida de lujuria y pecado en que ha caído la bella ciudad. Florencia, al inicio, está gobernada por el conservador Consejo de Ancianos, regido por Cesare (curiosa coincidencia nominal con el sonámbulo caligariano). El Consejo y la Iglesia se escandalizan por la presencia en la ciudad de una cortesana veneciana, Julia (Marga von Kierska, actriz de bellos ojos),
que ha traído con ella costumbres disolutas que pervierten a los jóvenes, entre los cuales Lorenzo, hijo de Cesare. Julia es detenida y torturada, pero una revuelta popular, capitaneada por Lorenzo, la libera. En la lucha, Lorenzo mata a su padre, y después se hace con el poder de Florencia.
Más tarde, llega a la ciudad un ermitaño, Medardus (Theodor Becker), que les amonesta por su comportamiento, que ha llevado Florencia a un caos orgiástico,
y alecciona a Julia mostrándole los castigos que sufren los pecadores (viajando literalmente al infierno, dragón que escupe fuego incluido).
Pero lo único que consigue es obsesionarse él también con la cortesana: renuncia a su fe (ilustrado en la secuencia en que tala una enorme cruz de madera que él mismo había construido como expiación de los pecados florentinos), mata a Lorenzo, se hace con el poder en la ciudad y comparte vida de placeres con Julia. El castigo vendrá finalmente en forma de la cadavérica peste, que provoca la muerte de todos los que le rodean, mientras toca el violín (momento que sí nos puede evocar el relato del de Boston).
A pesar de lo macabro de la historia, supongo que terrorífica para la época, el tono es realista, excepto quizá en la bajada a los infiernos y en la iluminación de una secuencia en que Medardus intenta, una vez cerradas las puertas por culpa de la peste, abandonar la ciudad a través de unas catacumbas, segmento que me recordó las catacumbas de Metropolis. Se apunta, pues, algo del tratamiento de la luz del llamado cine “expresionista” alemán, pero sin recurrir al decorativismo extremo de Das Cabinet des Dr. Caligari.
Me parece un film muy recomendable para los amantes del cine silente, en especial del cine alemán. Además, contamos (de momento) con una copia magnífica en YouTube, restaurada por la F-W-Murnau-Stftung.