Esa portada de "Los nibelungos" es engañosa. Hace falta saber qué es lo que está condensando libremente ese Antonio Espina: ¿el poema medieval? Si es así, lo del drakkar vikingo no pega ni con cola. No hay vikingos en el horizonte, o sea que, Otto+, mi tapiz no juega en este caso ningún papel.

Si acaso puede tener relación con una "fiebre" por el cine sueco que me ha entrado gracias a Netflix. Quizá comente alguna cosa en el "otro rincón".