A cañonazos
Incontables son las películas y series que se han hecho sobre la II Guerra Mundial. Es posible que se haya abarcado ya cada episodio de la misma, cada grupo de élite, cada unidad e incluso se haya repetido varias veces con algunos de ellos. Lo que no recuerdo es si alguna se había centrado en, como hace esta, dentro de la artillería, los tanques; con un grupo de hombres que por difícil que sea la situación y protegidos por el armazón, avanzan liberando y protegiendo puntos estratégicos de una Alemania nazi acorralada que no quiere rendirse.
La película se mueve entre la acción bélica y los elementos dramáticos de la guerra. En lo primero es una gozada, con un David Ayer que ya ha demostrado en otras películas que sabe con su forma de rodar, sumergir al espectador y hacerlo partícipe de la acción, con secuencias realmente espectaculares aunque los disparos parezcan láser de Star Wars (no se si se ven así aunque no lo había visto hasta ahora en otras películas) y algunas secuencias sean exageradas e incluso increíbles. La parte dramática también está bien llevada, con momentos duros, alguna reflexión interesante y unos personajes no excesivamente profundizados pero si bien perfilados, lo suficiente para que cada uno tenga una clara personalidad y no sean un séquito florero.
Si uno se olvida de sus exageraciones y su poco creíble final, queda una notable cinta bélica, muy disfrutable para los amantes del género.
Nota: 6'7