A mi parecer, la de Emmerich no está justamente valorada.

Es cierto que el guión tenía ese tufillo irritante de peli americana noventera llena de gracietas, y las crías que invadían el Madison Square Garden eran un poco lamentables, pero el propio Gojira funcionaba muy bien y su interacción con la ciudad transmitía de forma muy potente la imprescindible sensación de escala colosal, un elemento fundamental en este tipo de pelis como bien ha sabido entender Guillermo Del Toro en su reciente y aclamada PACIFIC RIM (aunque no con tanta eficacia).