Quizás de este modo ese individuo "tan gracioso" llamado Arturo Valls empiece a darse cuenta de que las estrellas de la tele desaparecen del mismo modo que aparecieron. Reconozco que esto es manía personal.
La próxima vez que una serie española venga a renovar el panorama audiovisual mejor que tratemos de oírlo en fuentes no interesadas.