No olvidemos esa sentida carta de amor al cine de John Hughes llamada "Not another teen movie". Creo que pocas veces una comedia actual ha rendido justo tributo a un cineasta que dejó su indeleble impronta durante la década de los ochenta.

Hugues puede que no fuese lo que muchos consideran un maestro, pero era un tipo que sabía como emocionar, aunque fuese a partir de material prefabricado y su influencia se ha dejado sentir en cada "películad de amiguetes" que he visto desde entonces...

Otro entrañable que se nos va.