El actor y naturalista australiano estaba buceando cerca de Cairns, en Low Isles (Australia), cuando se ha producido el accidente. El aguijón de la raya se le ha clavado en el pecho y, al parecer, ha llegado hasta el corazón, por lo que Irwin ha muerto casi en el acto, pese a que el veneno de las rayas no suele ser mortal para los humanos.
Eso si que es mala suerte y lo demás son historias. Descanse en paz!