No voy a negar que parte de manía personal hay en el asunto, es que es ver esa mata de pelo en pantalla y ponerme malo. Si a eso añadimos la calidad de sus películas... por ejemplo, la que pusieron ayer a la noche, que me bastó con ver el anuncio y unos segundos para sentir mucha pena.

Steve Martin en cambio merece la pena