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EL CONFIDENTE
La encerrona de Zapatero a cuatro periodistas, a punto de derrotar a Sarda en los índices de audiencia
El equipo del presidente Rodríguez Zapatero se fue a la cama el pasado lunes en una estado de ánimo próximo a la euforia, tras comprobar cómo su jefe derrotaba a los cuatro periodistas que le pusieron delante: Pedro J. Ramírez (director de El Mundo); Consuelo Álvarez de Toledo (ex consejera de RTVE con el Gobierno Aznar); Vicente Jiménez (subdirector de El País), y Margarita Sáenz Díez (El Periódico).
Resultó que el programa, de ‘59 segundos’ para las preguntas de los periodistas, sin límite de tiempo, en cambio, para las respuestas del presidente, se convirtió en el formato ideal para la propaganda política realizada por ese gran comunicador que ha resultado ser Zapatero. Algunos se acordaron del “Aló, presidente”, el programa televisivo del compañero Chávez en Venezuela. Propaganda a palo seco y, sin lugar a dudas, una encerrona para los periodistas que se prestaron libremente a oficiar de comparsas.
Sorprendió sobremanera el papel de Pedro J., siempre tan crítico con los “periodistas de cámara” que durante años acudían a la televisión para entrevistar a anteriores presidentes. Es evidente que batirse el cobre con Pedro J. Ramírez, vieja franquicia madrileña del antifelipismo, le iba a dar mucho más vuelo a ZP. Y ese fue, sin lugar a dudas, el principal motivo de satisfacción del entorno de Moncloa. No sólo el jefe estuvo sembrao, sino que lo estuvo, y eso era para ellos lo importante, ante el único periodistas capaz en teoría de ponerle en aprietos.
El “toreo de salón” fue posible porque no se permitió, en contra de lo pactado, la formulación de repreguntas al señor presidente. Mamen Mendizábal, la atractiva presentadora, decidió sobre la marcha y sin aviso previo que no había tiempo para poner en aprietos a ZP. Así, cualquiera. De modo que José Luis Rodríguez dispuso de más de una hora y cuarto para despacharse a gusto y, como casi siempre, sin decir nada, sobre los cinco asuntos en torno a los cuales giró la mal llamada entrevista: derechos civiles, relaciones exteriores, seguridad y terrorismo, economía y unidad territorial.
Muchos de sus fans hubieran esperado que el director de El Mundo cogiera los bártulos abandonando el estudio de grabación al ver tan sustancialmente alterado el formato del programa. No lo hizo. Bien al contrario, parecía encantado: “Es la primera vez que he tenido la ocasión de interpelar a un presidente del Gobierno durante cinco minutos, una oportunidad que nunca tuve con Suárez, ni con Calvo Sotelo, ni con Felipe González, ni con José María Aznar “.
El rapapolvo llegó ayer mismo y de la mano de Federico Jiménez Losantos, quien, en La Mañana de la COPE, vino a acusarle de haberse convertido en la coartada del poder. ¡El Partido Campesino de Polonia...! Y es que, al terminar el programa, era evidente que, en contra de lo previsto, había sido Zapatero quien acababa de protagonizar la gran encerrona. Cuando los periodistas se quedaron solos, con la incorporación de Alicia Sánchez (PP) y Trinidad Jiménez (PSOE), la audiencia se desplomó, aunque para entonces los líderes de opinión ya se habían ganado los 1.000 euros por programa que Globomedia les ingresa religiosamente por transferencia bancaria.
La decepción era visible entre la parroquia popular y entre la numerosa clientela de Pedro J. Ramírez. ¿Una mala tarde la tiene cualquiera? Decepción, también, entre la mayoría de los televidentes sin carné. Y es que el mejor resumen de lo ocurrido lo hizo el subdirector de El País, Vicente Jiménez: “Lo lamento, porque no hemos sido capaces de sacar ni un sólo titular”. Eso sí, algunos se aliviaron recurriendo a Sarda y sus Crónicas Marcianas, que ganó por muy poco a Zapatero (26,1% frente al 25%) el día en que el rey de la telebasura anunciaba su despedida.
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GARGANTA PROFUNDA
La bella y esquiva Mamen Mendizábal cayó rendida ante Zapatero
La guapísima presentadora del programa de TVE "59 segundos", tan reacia a condescender, se dejó seducir por la magia del presidente y acabó suspirando en los jardines de la Complutense.
27 de abril. Desde este lunes por la noche a Garganta Profunda le ocurre lo que al admirado Luis María Anson: la centralita está bloqueada por la avalancha de mensajes de gente dispar que llama escandalizada –algunos cabreados, para qué negarlo, otros muertos de risa– a cuenta del lustroso recibimiento que Mamen Mendizábal, conductora del espacio 59 segundos de TVE, la televisión de todos, la televisión que pagamos todos, le dedicó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Todo un espectáculo, eso sí a mayor gloria de nuestro jefe del Ejecutivo. La también colaboradora de la Cadena SER no tuvo reparos, por ejemplo, en obviar la reciente encuesta del CIS durante la entrevista que se grabó en el Aula Magna de la Universidad Complutense, según la cual la confianza en la gestión de Zapatero ha caído 18 puntos en tan sólo un año. Sin cortarse un pelo, Mamen quizá prefirió ocultar esos datos que –según dicen en La Moncloa– "tienen muy rebotado" a Zapatero, y ni siquiera mencionó el sondeo, y se sacó de la manga por el contrario el "trabajo" realizado y difundido este mismo lunes por el Instituto Opina para la radio del Grupo Prisa. Esto le permitió sostener que el presidente aventaja en 15 puntos de popularidad y 8 décimas de valoración –con una nota de 5,5– al líder del Partido Popular, Mariano Rajoy.
Los telespectadores se quedaron sin embargo con las ganas de conocer el trabajo de campo hecho por el Instituto Opina, la fecha de su realización, su duración, cuántos fueron los sondeados, el margen de error... Pequeños detalles sin importancia, debió pensar seguramente la señorita Mendizábal. José Luis Rodríguez Zapatero puede ser cualquier cosa, de hecho es muchas cosas, menos tonto. En este sentido, el arranque de 59 segundos fue un deleite para él y una vergüenza para muchos españoles que aún creían –con la que está cayendo– que había algunas cosas que no podían suceder y algunas cotas informativas a las que la tele pública no podía llegar bajo el nuevo régimen.
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