No he intervenido, pero esto es tremendamente divertido.
Tenemos que:
El grupo A sustenta su argumentario en preferencias personales, que para acabar de arreglarlo tienen cómo principal arraigo la nostalgia, lo que lógicamente conlleva a la idealización de aquello que se la provoca.
El grupo B sustenta su argumentario en la lógica y el sentido común, que además vienen avalados por la tradición histórica en el medio cuando se han dado situaciones similares (esto es, lo correcto de su postura es empíricamente demostrable).
El grupo A insiste en su postura, pero contra la lógica y el sentido común no hay victoria posible.
El grupo B, mientras pone los ojos en blanco, les intenta convencer pacientemente de lo equivocado de su punto de vista, hasta que, en un momento determinado, comienzan a sufrir alusiones despectivas personales y la ridiculización de su postura por parte del
grupo A.
Conclusión:
¡WTF!
