Tras la salida de los directores, algunos medios estadounidenses comenzaron a filtrar detalles de cómo Miller y Lord querían dotar a la película de un tono cómico, y profundizar en el estilo socarrón que mostraba Harrison Ford en la original. Sin embargo, parece que estaban
sobrepasando los límites, que estaban bordeando la caricatura, y tanto el elenco como los ejecutivos empezaron a presionar para que volvieran a un estilo más sobrio. Un ejemplo, que publicó «Movie Red», son las p
rotestas de Ehrenreich al ver que
su personaje estaba cayendo en el ridículo en algunas tomas.
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