Dejando a un lado lo de los cambiazos, otra cosa con la que deberían tener más tacto es con el tema de las pegatinas, que llevan pegamento para parar un tren. El otro día compré dos digibooks y para que se les quitara parte de pegamento tuve que estar frotándolos con un paño húmedo durante un cuarto de hora (y aún así no se ha ido del todo).

Lo curioso es que esto casi siempre me sucede en la tienda de Atocha. Parece que en las otras dos tiendas de Madrid (La Laguna y Bravo Murillo) usan otro tipo de pegatinas que se quitan muy fácilmente y no dejan marca.