
 Iniciado por 
loJaume
					
				 
				Siempre me he preguntado cómo el metro no destroza a diario varias docenas de usuarios.
Si yo fuera conductor de metro, estaria siempre acojonado al llegar a esos andenes sin barandillas repletos de gente ansiosa por subir los primeros.
Por cierto: si alguien me dijera cuál es el oficio más aborrecible, lo tendria claro: cobrador de metro.
Y sobre el metro, lo mejor es echarse un pedo cuando está repleto de gente. Ese pedo soltado con libertad (y apretando) que los chirridos de la via convierten en anónimo y que las apreturas hacen que la ventolera te suba por el cogote.
Cuando percibes sus efectos en el entorno, te sumas a la indignación compartida, pero una íntima sonrisa triunfadora recorre tu interior.