Estoy bastante de acuerdo, demasiado pretenciosa en general, sobre todo el final de las limusinas, y con mucha verborrea 'barata'.
Muchos directores franceses como Leo Carax, Gaspar Noe o incluso François Ozon son muy dados a eso, tirar de elevados niveles de prepotencia para definir/universalizar conceptos con su poco filtrada opinión y la verdad es que no lo veo mal, cualquier artista puede jugar con ello (aunque no sea bien recibido la mayoría de veces por el público), creo que aportan mucho al cine.
Para mí, la fuerza de la obra reside en los momentos de surrealismo, con algunas imágenes que por concepto son muy impactantes (comer flores, la escena casi religiosa con Eva Mendes y D.Lavant tumbado sobre ella, …). La vi en su estreno y aún me siguen rondando la cabeza. Pero tiene fallos impresionantes, de casting, de ritmo, … por momentos te saca completamente.