Vuelvo a rescatar el post luego de años para señalar que he visto -en flojas condiciones, por lo que merecería una edición adecuada- esa rareza del querido fantaterror patrio que es El Monte de las Brujas, de Raúl Artigot.
Hecha en 1972 tiene una puesta en escena sin muchos alardes pero contundente. Su banda de sonido -entre otras características- remite a los templarios de Ossorio y a no pocas obras realizadas en esa gloriosa década referida a la brujería y el demonio. Pero esta debe destacarse, no solo por su extrañeza sino por sus propios méritos. No siempre lo extraño es bueno. Esta peli lo es, por eso debe ser rescatada del olvido y reivindicada -si es que no se hizo ya y se me pasó-.
Las imponentes localizaciones naturales le dan el marco adecuado a la claustrofóbica historia, solidificada por las presencias de los apreciados Victor Israel y Luis Barboo. Una historia de horror rural imponente, que casi inaugura una década hermosa en esos temas demonológicos que tanto nos gustan.