Uf, menos mal que nos queda alguien que sabe que el público desea putos maniquíes de escasa movilidad y aspecto deleznable protagonizando todo aquello que podría ser perfectamente rodado en imagen real. Renegar de toda animación fluida construida a partir de diseños interesantes y coloridos me hace sentir tan jodidamente adulto.
¿Es necesario volver a sacar a colación a Brad Bird?