Hostel no es de terror, no al menos el que nos intentan vender en el trailer. No es tampoco esa perversión malsana y enfermiza que que nos llevan vendiendo hace tiempo. De hecho ni siquiera los carteles son honestos (la escena del taladro finalmente se ha quedado en la sala de montaje, o esperemos, en la versión "uncensored" que acaba de salir en zona 1).
Hostel queda a medio camino entre la comedia adolescente y el gore. Es como si Eurotrip de repente se volviese un festival de la carne. Bien rodada, con dos o tres escenas potentes y tetas, muchas tetas. Y ya está. La verdad es que aunque recupera cierto tono de la serie B ochentera, creo que su principal defecto es ese, que es demasiado consciente de que "tiene que ser una serie B ochentera". Me explico, Cabin Fever era un divertimento cojonudo con una mala hostia increible. ¿Pero dónde residía gran parte de su encanto? En su falta de pretensiones, en ser realmente un producto fresco, original, sencillo. Aquí sin embargo se hecha de menos algo más de honestidad, dejando cierto regustillo a ser algo más planificado, premeditado, prefabricado. Creo que el "presentado por Tarantino" ha jugado en su contra, en el terreno cinematográfico claro, porque la campaña publicitaria es brutal (con los carteles a la cabeza).
Así que quien vaya buscando una comedia de adolescentes que vea Harold and Kumar Go To White Castle y quien quiera pasarlas putas que se vea La matanza de Texas (la original o el remake, ambos de puta madre). Aun así con la película se pasa un buen rato en el cine, te ries, te agobias, te asqueas con la casquería, te descojonas de lo absurdo de algunas situaciones (algunas premeditadas, otras no) y se disfruta bastante cuando se ponen en plan cabrón (el humor negro-negrísimo marca de la casa Roth deja dos o tres perlas). En fin, que es una cinta simpática, a la que se agradece su intento por recuperar la vertiente Raimi-Jackson rompiendo ya con la agotada fórmula de los slasher de los 90 (que a raiz del resurgir del género con Scream, dio lugar a toda una retahila de películas que se tomaban demasiado enserio a si mismas y que en la mayoría de los casos, por ello, rayaban en el más absoluto de los rídiculos), o con el repetitivo y cansino terror asiático que parecían ser las únicas fórmulas del género en los últimos años (salvo honrosas excepciones como el ya mencionado remake de La Matanza de Texas, Haute Tension o la propia Cabin Fever), pero que sin embargo deja cierto sensación amarga, ya que podríamos estar hablando de algo más (quizás del clásico de culto que pretende ser) si se hubiesen esforzado en intentar darle una mayor consistencia que en crear el hype perfecto.
Un 6+.