2020: Festival de Berlín: Oso de Oro (mejor película)
2020: Festival de Valladolid - Seminci: Mención Especial del Jurado


Estreno en españa: 24 de junio de 2021

Vista el viernes. Tenía bastante ganas, la verdad. El cine iraní, dejando tópicos a un lado, me parece un cine muy valiente y, lamentablemente, una profesión de alto riesgo. Si bien había escuchado alguna vez el nombre de Mohammad Rasoulof, nunca me había adentrado en su filmografía, aunque tampoco sé a ciencia cierta si en España se llegó a estrenar algo suyo. Al igual que Jafar Panahi, Mohammad se ha visto boicoteado una y otra vez por su país debido a las películas que ha hecho. Las penas de cárcel y las prohibiciones a ejercer su profesión han sido la tónica desde que empezara a denunciar la falta de derechos humanos que existen en Irán.

Jafar Panahi ya ganó el Oso de Oro con su inclasificable Taxi teherán, mitad ficción, mitad documental, rodada clandestinamente al no poder hacer películas legalmente dentro de un taxi para mostrar al mundo lo que se cuece dentro. Ya nos avisan antes de la proyección que Mohammad está esperando a ser procesado por su filmografía. De hecho como Jafar, "La vida de los demás" ha sido realizada de espaldas a las autoridades, de ahí que la estructura del film sean 4 cortometrajes independientes, pero unidos por un mismo tema "la pena de muerte".

Mohammad reflexiona hasta qué punto una persona tiene las manos manchadas de sangre por matar a alguien aunque esté obligada a hacerlo. Da igual que sea un funcionario, un policía o un joven que haga la mili, al final están matando. Y con esta sencilla premisa crea las minihistorias antes mencionadas. Y puede que radique ahí su fallo, en la reiteración. Porque en su complejidad palpable Rasoulof no quiere explorar más hondo ni ir más allá del mero sentimiento de culpa que tienen sus protagonistas. Me explayaría más, pero contar cualquier cosa es caer en el spoiler, ya que cada una de las historietas va acompañada de un twist revelador, aunque en la mayor parte predecible y tramposo.

No obstante los 150 minutos no terminan de aburrir y el espectador observa la película con el corazón desgarrado e impotente ante la ceguera de todo un país que vive bajo las reglas estrictas del despotismo.