Abro hilo para esta estupenda serie.

Trata de un entrenador de fútbol americano llamado Ted Lasso, que es contratado para entrenar un equipo de fútbol inglés, el ficticio AFC Richmond, que juega en la Premier League. No tiene ninguna experiencia con clubes de primer nivel y menos aún con fútbol en general. Queda claro que su contratación es un (orquestado) suicidio para el club desde el primer momento y por lo tanto recibe odio e insultos por donde va. Sin embargo, Ted Lasso y su maravillosa personalidad, llena de optimismo y felicidad consigue cambiar los corazones (y a veces hasta las mentes) de las personas.





Estamos ahora con la segunda temporada y el balance es fantástico. La primera temporada te conquista con su honestidad y su falta total de cinismo, sarcasmo y pretenciosidad. Es la antítesis a series tipo The Office. Aquí no hay listillos, Ted va con su corazón en la mano y no es casualidad que uno de los mayores referentes tenga su mención en la segunda temporada (¡Qué bello es vivir! con James Stewart en su mejor papel como el inigualable George Bailey) en un bonito especial de navidad (que fue emitido en agosto..¿wtf Apple?).

¿Quiere esto decir que la serie es sólo apta para nostálgicos, conservadores o "meapilas"? Pues no, hay personajes secundarios para todos los gustos. Sobre todo el magnifico Roy Kent utiliza un lenguaje colorido que nos hace recordar lo poco que duró el propósito de Apple de no hacer sólo series para todos los públicos. De hecho, la serie en general tiene unos diálogos ágiles llenos de juegos de palabras que espero que el doblaje esté a la altura.

La segunda temporada empieza mal, para que negarlo. En los primeros dos capítulos parece como si hubiera habido imposiciones y hasta parece que cambia el carácter de algunos personajes. Pero ya a partir del tercer capítulo vuelve todo a la normalidad y seguimos con una serie que te deja con ganas de más y también con una sonrisa y optimismo.

Por mi parte una clara recomendación, viendo los tristes tiempos que nos ha tocado vivir y lo crispada que está la gente en general. Siempre viene bien (y nos hace falta), ver a una buena persona simplemente ser buena persona.