Es que los licántropos son de dibujos animados y Drácula es como mariquita. Las vampiras sí que me molan, y el monstruo es el molde más o menos clásico. La ambientación, la fotografía y el score son estupendos. La puesta en escena es alocada cien por cien. Dirán que es cine fantástico, por aquello de los miles de excesos. Pero ver volar los caballos en el abismo no es fantasía, es ida de olla. Aunque siempre puede salir un defensor que diga: "Es que son caballos transilvanos y blablablá...". Pero no. Por el espectáculo no se puede tirar todo por la borda, señores. Mi duda es qué habría salido de aquí si hubieran optado por una mayor moderación y coherencia. Pero como no, me quedo con el cómic loco y punto, el entretenimiento palomitero y sanseacabó.