Por fin vi el parto la burra, la película que tantos sudores le costó a Wong Kar-Wai. Y todo eso, ¿para qué?

Todo el conflicto emocional, el peso de la infidelidad pensada frente a la física de los otros, esos pequeños momentos cotidianos pero fascinantes, se quedan en nada frente a un protagonista que, para no sufrir más, se convierte en un pichabrava de tomo y lomo.

Jorge Mauro de Miradas de cine lo expresa perfectamente aquí

Y la parte de ciencia-ficción me sonaba a chorrada godardiana más que a otra cosa.