Esto ya lo sabía, Mo, de ahí lo de mi cura favorito. Otra cosa es que lo apoye. Que va a ser que no. Si él hubiera querido ambigüedad, tendría que haber trazado el tema más a lo Val Lewton. Fíjate, así sería, por ejemplo, La maldición del demonio, de Tourneur, pero al añadirse los planos del diablo (fabulosos, por cierto), de ambiguo pasa a fantástico total. Ahí voy. Está en el otro hilo también, porque esto es ya la puta locura, jajajajaja.