Un par de reflexiones:
1 No sé hasta qué punto es razonable valorar la película en comparación con la novela, que es un ladrillo de 1000 páginas para el que hasta la miniserie se quedaba corta. Evidentemente los fans del libro pueden comparar ambas y concluir que sea mejor o peor adaptación, pero su valoración como película en sí no debería verse afectada.
Otra cosa es graduar la fidelidad. Perder escenas de un libro no tiene por qué ser infiel. Esto es como traducir: a veces hay que renunciar a rasgos formales para que el trasvase al nuevo lenguaje conserve la esencia del original. Por ejemplo, encuentro perfectamente normal que no aparezcan momias u hombres lobo, porque eso a las nuevas generaciones no les puede causar el mismo impacto que a las que se criaron viendo las pelis de la Hammer. El propio King parece muy satisfecho con el resultado, pero yo no leí el libro, así que pregunto: ¿hasta qué punto se consigue esto último?
2 A veces tengo la sensación de que los fans del terror seguimos esperando una nueva obra de arte como si aguardásemos la venida del Mesías. Es MUY difícil asustar, sobre todo porque no todo el mundo se asusta con lo mismo, y aún más difícil hacerlo de un modo que no se haya visto antes en el cine. ¿Es malo, por ejemplo, jugar con el volumen o con la cámara para meter algún jumpscare? Sí, si se hace sin criterio, pero no si se es consecuente y la escena está bien integrada. Quiero decir... no tiene mucho sentido que sigamos tirando piedras sobre nuestro tejado arremetiendo contra tal o cual recurso, porque esos recursos están consolidados precisamente porque son los que funcionan. Otra cosa es a nivel de imaginario, donde las repeticiones agotan más (pelota bajando las escaleras, etc).
Pd: este es el artículo que decía. Me parece la leche que el autor haya conseguido ganarse la vida con esto:
http://www.playgroundmag.net/cultura...043395677.html