su intención sea pecaminosa, realmente está enamorado de la chica. Y qué curioso que "su amor", representado con ese apretón de manos final, sea lo que, por el momento, les salve. No es sexo sucio, como sí lo eran los otros actos. Lo casto, lo tradicional, parece como si les protegiera. De hecho, si te das cuenta, el bicho parece estar detrás de ellos, pero ni la música ni el movimiento de cámara nos transmiten inquietud. Por eso decía lo del sexo como liberación: el sexo fruto del amor parece ser la mejor protección posible. Y esto nuevamente me recuerda a Carpenter e incluso las primeras novelas de King, donde lo tradicional, a pesar de muchas veces estar podrido, era sinónimo de paz y estabilidad.