Bueno, la canción decía twenty, pero vamos a tener que cambiar la letra. Porque ya casi es 1 de junio, y se cumplen cuarenta años del lanzamiento de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Es decir, del disco más importante en la historia del rock.

Con lo cual no estoy diciendo que sea el mejor, que no lo es; ni el que mejor ha soportado el paso del tiempo, que tampoco. Pero lo que sí se puede afirmar sin duda es que marcó un antes y un después en la historia de la música de tal magnitud que, aun hoy, su influencia se deja sentir.

The Beatles dejaron de actuar en directo en 1966, ante la imposibilidad de plasmar en sus giras las posibilidades que les ofrecía un estudio de grabación; su constante evolución y la experimentación que aplicaban a su música hizo que el escenario se les quedara pequeño. El resultado del retiro en Abbey Road One es este álbum.

Estamos en 2007, y el mundo no tiene nada que ver con lo que era en 1967. Por eso es tan difícil apreciar el impacto que Sgt. Pepper’s tuvo, no sólo musicalmente, sino como fenómeno social. Para los músicos representó abrir una puerta hacia un mundo técnico en el que todo estaba permitido: pero el mensaje a la sociedad fue más importante. Por primera vez un disco se veía como arte, en la misma línea con la que se podía apreciar un cuadro impresionista o una novela clásica. Se creaba algo más que una colección de canciones surtidas, algo con un hilo argumental (como en el music hall inglés, al que debe mucho) pero hecho para perdurar.

Este intento de arte, de crear algo artístico y no simple música, empezó por la portada, la más legendaria del rock; siguió por la forma de empalmar las canciones sin transición, algo que nunca antes se había hecho; por poner las letras de los temas en la funda, también primicia; por regalar recortables, o lo que hoy llamaríamos merchandising con el disco; por marcar el debut del sistema Dolby de reducción de ruido... Pero sobre todo, lo logró con la música, y aunque gran parte ha envejecido y se notan esos cuarenta años, eso no sucede con la canción que cierra el disco, A Day in the Life. Mucha gente la considera lo mejor que hicieron en su carrera; para otros, es el mejor tema de la historia del rock. Sea como sea, todavía hoy impresiona cuando se escucha.


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Si queréis más información, la wikipedia en inglés tiene un artículo muy completo.