No sé lo que habrá pasado en otras ciudades, pero aquí en Madrid, el viernes del estreno, todos los suplementos de ocio de la prensa le dedicaban una página entera a esta película, vendiéndola como la gran apuesta friki entre los estrenos del fin de semana, y luego, repasando la cartelera, no la daban en ninguna pantalla de la ciudad, sino que se proyectaba únicamente en unos multicines de Getafe.

A priori, me parece que el público ideal de esta peli debe de ser los treintañeros nostágicos del cine de acción de su juventud y que con el tiempo han evolucionado hacia posturas más cinéfilas y me atrevería a decir que medio intelectuales, por todo aquello de la metaficción, el cine dentro del cine, etc. Lo suyo habría sido estrenarla en alguna sala de versión original, pero pensar que en semejantes templos de la progresía vayan a ensuciar sus marquesinas con el nombre del actor de "Kickboxer" es pedir demasiado. Conque la habrán visto doblada los niñatos de los multicines, pnesando que iba a ser una más de patadas voladoras.

A mí me había ilusionado la idea del monólogo final en el que Jean-Claude termina llorando, pero desplazarme hacia Getafe y aguantar a la chiquillería de las multisalas no me apeteció, la verdad.