Entiendo que haya gente que la vea algo dura o incluso complaciente en la violencia, Jane, pero creo sinceramente que no es así. Hay una justificación teológica. Gibson quiere transmitir una idea esencial: la pasión fue un momento de gran dolor (por lo físico, por las humillaciones, por la cobardía o traición de algunos de los suyos), una carga que casi ningún hombre hubiera podido soportar, y Jesús la sufrió por nuestros pecados. Por eso Gibson no nos ahorra ni un ápice.
Hay un momento que lo expresa visualmente: en medio de la tortura de los romanos, se ve entre la gente al personaje de la Tentación con un bebé deforme contemplando lo que ocurre. El fruto de la Tentación es el pecado, y de esta forma Gibson relaciona visualmente el sufrimiento de Jesús con ese horrible fruto.
También es importante el momento en que Jesús, después de la primera tanda de latigazos, se pone en pie. No es un desafío a lo Che Guevara, no es una provocación. Jesús sabe que, aunque lo dejarían en paz si se quedara en el suelo, no puede ahorrarse nada, que su misión es sufrir hasta el límite de sus fuerzas.
Esa escena es la última vez que recuerdo haber llorado en un cine. Y como dices, va más allá del carácter religioso. Es algo humano que cualquiera entiende.
En general el personaje de María me parece maravilloso. La actriz está espléndida y evita el cliché de la mujer que llora todo el rato. Pocas lágrimas le vemos durante la película, pero el dolor que expresa con su mirada es más fuerte. Además, no tiene ni una sola mirada de reproche u odio hacia los que están matando a su hijo, todo el tiempo su atención está enfocada únicamente en Jesús.
También es curioso que ella es la única, aparte de Jesús, que es capaz de ver a la Tentación.




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