Por cierto, es curioso, parece una maldición. Desde 1975 (con Corman) hasta 1985 (Rocky IV) Stallone se encontraba cómodo y el público en general también. Su carrera era popular e incluso haría historia en algunos títulos. Generalmente, además, todo tenía cine dentro.
De repente, a partir del asqueroso y oportunista film Yo, El halcón, su carrera dió decenas de títulos deplorables y merecidamente hostiaos (tuvo un par de taquillazos faltos de alma que, con razón, nadie recuerda).
Sinceramente, ¿cómo se puede ser tan gilipollas?
Tuvo el paréntesis esforzado de Cop Land que, precisamente, si interesa es por su condición de esfuerzo. Pero salvo eso, ¿cómo se puede tirar una carrera que podía haber sido absolutamente imprescindible en el cine de acción de cada década a la basura?
Esperemos que con John Rambo demuestre, como en Balboa, que no es tonto. Sólo le perdió el dinero y no tuvo suerte. Además, la cosa sería muy valiente porque Stallone chillaría al mundo: YO SÓLO RAMBO Y ROCKY, SEÑORES. LLEVABAN RAZÓN.
O algo