Joker: Folie à Deux: Mi Critica y mi Entrada. [Sin Spoilers]. Nota: 8/10.

Secuela desde mi punto de vista incomprendida e injustificadamente vapuleada por crítica y público, cuando realmente, y aunque en sus formas es bastante distinta a la anterior, la crítica social y hacia un sistema podrido e hipócrita y una sociedad decadente sigue siendo el eje principal de la narración. Por lo que aún alejándose narrativamente de lo visto en la primera entrega y rompiendo de cierto modo con lo que ya se estableció en la anterior película, en su fondo sigue siendo más de lo mismo. O al menos el mensaje que quiere transmitir.

Ojo, entiendo en cierto modo el enfado del público y la crítica con esta secuela, pero no deja de ser dicho enfado un reflejo en la vida real de lo mismo que ocurre en la ficción. Y creo que en cierto modo es lo que buscaba el director con esta secuela. Ensalzar primero un producto (la primera película) para luego darle un arriegado giro de 180 grados dificil de agradar a todos (esta secuela). La gente al igual que en la película pedía ver al Joker, ya desatado y desquiciado. Disfrutar de su figura y presencia. De sus fechorías. Y al igual que ocurre con lo mostrado en la película con sus fieles y seguidores ensalzar su figura. Y ese habría sido el camino fácil argumentalmente para esta secuela, pero no, el director Tod Phillips en un inesperado giro de timón opta por profundizar aún más en la figura y en la psique de Arthur Fleck que en la del Joker, en como la sociedad lo ignora y pasa de él, de su enfermedad mental, y sólo quieren el espectáculo que su alter ego sólo puede ofrecer, pero el sufrimiento y la desolación interior que guarda Arthur en su interior a nadie le interesa. Es decir, a nadie le importa las consecuencias de lo que el Joker puede ocasionar en la mente de Arthur mientras esté siga ofreciendo "espectaculo". Vamos, que creo que no hace falta decir cual es la palabra que define todo eso, que cada uno saque sus propias conclusiones. Y a nada que uno tenga una pizca de humanidad, y a pesar de los actos horribles que su enfermedad le ha llevado a hacer, uno no puede nada más que sentir pena y lastima por un personaje que sigue siendo vapuleado y hundido aún más por todo el entorno que le rodea, y aún más pena y lástima por todos aquellos a los que les resulta más fácil reírse con las fechorías y gracias del Joker, pero que son luego los mismos a los que Arthur Fleck les importa un comino. Y los mismos que luego juzgan los actos y el comportamiento que un Arthur Fleck enfermo mentalmente ha llevado a cabo. Y creo, que todo esto sigue funcionando al igual que en la primera película perfectamente para mostrar como las personas que sufren esas enfermedades o similares son aisladas por un sistema que en vez de luchar por su recuperación e integración hacen todo lo contrario. Incluso ese final abrupto, desolador e inesperado que nos deja Tod Phillips sirve para rematar todo lo que acabo de exponer anteriormente. Pues para que la locura y el caos siga reinando en una sociedad que así lo reclama, y que esta aún más enferma que el protagonista, es necesario que el Joker nazca, pero ya no es necesario Arthur, ni la poca cordura que aún pudiera quedarle...

En cuanto a las actuaciones Joaquin Phoenix lo sigue bordando, es increíble como sabe defender la complejidad que su personaje exige para desarrollarlo. No así Lady Gaga, que la he encontrado como uno de los puntos más flojo de la cinta, que aún no haciéndolo mal, creo que se nota y siente que lo suyo es más la canción y no tanto la actuación.

¿Un musical?, no tanto. Digamos que las canciones sirven para reflejar el estado mental y de ánimos de los protagonistas, y transcurren todas en estados oníricos, fuera de la realidad que Arthur esta viviendo. Son simplemente un recurso narrativo más para introducirnos en sus sentimientos. Y creo que dicho recurso finciona bastante bien, es el simil a cuando en la primera parte se ponía a bailar. El recurso usado por Arthur para escapar de tanta penuria.

A nivel técnico y de dirección esta muy bien conseguida. La atmósfera sigue siendo igual de deprimente y opresiva que en la primera película. Y Todd Phillips realiza un exquisito trabajo tras las cámaras. Sensación que se ve reforzada por una banda sonora que acompaña en todo momento.

En definitiva, una película que aún quedándose algunos escalones por debajo de la primera (alguna situación complicada de creer tiene) supone un soplo de aire fresco en una cartelera dominada por productos generalmente más superfluos (pero también más demandados). Yo le doy un 8 sobre 10 de nota.