He visto publicaciones y reportajes de televisión de la manera de operar de algunos de estos criminales del Este de Europa. Muchos de ellos procedentes de antiguos estados comunistas como Rumanía o Bulgaria y que antaño pertenecieron a cuerpos de élite muy bien preparados del régimen de Ceaucescu, y que posteriormente funcionaron como mercenarios en guerras como la de los balcanes. Destinan aquí a gente que tienen una existencia legal, pero que hacen el trabajo de vigilancia y observación. Envían informes a estos grupos y, aprovechándose de las permisivas leyes españolas que atañen a la entrada al país, se cuelan, realizan el golpe o los golpes, y se marchan de nuevo a su destino de procedencia. Saben que si le atrapan, cumplen condena, corta, si es que la cumplen.