Títulos de crédito que copiaban casi al pie de la letra los de Superman, música que recordaba mucho a la de Star Wars...y Skeletor, que era evidente que se atrevía a todo :ceja. Ya con sólo ver las pintas que llevaba (y, con todo, no era ni de lejos el peor :sudor), quedaba bien claro:
El caso de esta película es casi más interesante que la película en sí. Es evidente de que la Cannon pasaba por problemas económicos, y decidió apostar fuerte con dos películas que pensaron que lo petarían: Superman IV y Masters del Universo. Dice la leyenda urbana que Warner, que tenía los derechos de Superman, le dio cuarenta millones a la Cannon para que hiciera la película, pero en realidad sólo se gastaron unos diez y siete. El resto dicen que fue a parar a otras producciones, entre ellas, Masters del Universo (otros dicen que se los quedó Stallone, que ya había hecho varios títulos para la productora de Golam y Globus). El resultado...pues se nota muchísimo que faltaba pasta y faltaban ganas. Superman IV fue una película tan infame que enterró cinematográficamente al personaje durante varias décadas, y hasta los más acérrimos fans del personaje se sintieron estafados. Masters tampoco es que saliera muy bien. La mayor parte del presupuesto se fue en un diseño de vestuario más o menos potable y en contratar a actores más o menos famosos para los papeles principales (Dolph Lundgren, que, ahí donde le veis, estudió una carrera difícil -ingeniería química, o algo así- además creo que se casó con una española y vivió en Estepona durante bastantes años; y Frank Langella, que dicen, aceptó el papel a petición de su hijo de ocho años y verdaderamente, da la impresión de que se lo pasó como un enano encarnando al cara hueso):
Con todo la película se pegó la gran panzada en taquilla y no gustó ni a los chicos que jugaban con los muñequitos. Hubo problemas tan gordos de presupuesto que el rodaje se paralizó en varias ocasiones (se notan cambios ostensibles en el estado físico de Lundgren de una escena para otra, por ejemplo). Para abaratar, se trasladó parte de la acción a la época moderna...con las consecuencias fáciles de imaginar (ningún chico de ocho a doce años quería ver a dos yogurines de instituto liándose en una tienda de discos o un tiroteo en un burger), de los personajes emblemáticos de los muñecos sólo aparecían cuatro o cinco los más fáciles de caracterizar, y además tan cambiados que no los conocía ni la madre que los parió, el Castillo de Grayskool parecía más bien la Estrella de la Muerte... Súmale a éso que para cuando por fin se estrenó, la fiebre de los muñequitos empezaba a pasar (el plástico se estaba encareciendo, la competencia con los videojuegos era brutal, muchos de los chicos que jugaban con los quecos se estaban haciendo ya mayores y preferían otros entretenimientos...) y el resultado es que la fallida película de la Cannon acabó por enterrarlos en el limbo de los justos. Y a pesar de rumores de su regreso y varios intentos más o menos logrados por resucitarlos, ahí siguen. Muñecos que, por cierto, aparecieron como un intento de Mattel de sacar una línea de juguetes sobre Conan el Bárbaro, que fue un gran éxito en los cines.
La película...pues es mala, pero si la ves con la actitud adecuada te puedes entretener bastante. Salvables sólo algún par de momentos puntuales y el Skeletor de Langella. Tan ufanos estaban los fulanos éstos de Cannon con la película que los muy ingenuos llegaron a fantasear hasta con una segunda parte, que entre el fracaso de la primera y la quiebra posterior de la productora, no se llegó a materializar. Parte de las ideas, sets y trajes destinados a ella (como los de su abortada versión de Spiderman) se reciclaron en
Cyborg, una película con Van Damme que sólo recomiendo ver en horas de desesperación y como alternativa a Sálvame (yo no pasé de los primeros veinte minutos del engendro aquel :sudor).
Perdón por el tocho y por tomarme la libertad de contestar en vez de Otto :sudor.