Feliz Navidad a todos, nenes.
En estas fechas tan entrañables de buenrollismo total (real o impostado, qué mas da) yo también me quiero subir al tren de los mejores deseos para la humanidad en bloque y la exaltación de todo lo bueno del ser humano.
Y por eso os deseo unas muy felices fiestas navideñas y una entrada triunfal en el 2014. Y sobre todo (aunque hace años esto sonara a recochineo y casi mal de ojo) os deseo mucho trabajo. Curro para todos en el año nuevo, para poder volcarnos en la cinefagia sin que comer caliente tres veces al día entre en la ecuación.
Y como este "crisma" estaría incompleto sin unas estampitas navideñas, he sacado la cámara para inmortalizar un par de rincones de mi casa, con el árbol y el belén.
Abeto sintético y ecológico que no envejece y, sobre todo, no se queja cuando es abochornado con una colección de adornos abiertamente hortera y sonrojante, amasada durante décadas por una matriarca obsesionada por el eclecticismo y el todo a 100.
Y un belén que correría la misma suerte que el árbol si se dispusiera de más espacio para su colocación. Afortunadamente, hay que sacrificar (dejándolas en sus cajas) docenas de figuritas inverosímiles a diferentes escalas para que el resultado sea coqueto en tan poco sitio.
Es curioso cómo los símbolos cristianos vinculados a una Navidad como Dios manda (esto es, española, católica y tradicional) pueden compaginarse durante estos días con mi exacerbado ateísmo a través de los maravillosos recuerdos de mi infancia, gracias a los cuales todo lo que va desde el 24 de diciembre al 6 de enero se convierte en una suerte de continuo deja vu que me aliena hasta límites insospechados.
Aun así, en un breve momento de lucidez no he podido evitar caer en la tentación...
Spoiler:
Y como dice el villancico:
"Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad. Saca las pelis, María, que mi colesterol se va a disparar".
He aquí mi menú goloso-cinéfago para las próximas horas. Surtido de pelis típicas para la ocasión y de jugosos dulces que (cosas de tener una familia pequeña) acabarán casi todos en mi buche y en mis lorzas a lo largo de estos días.
Lo dicho. Felices fiestas... y que os sea leve el trance navideño.![]()